Katatonia se integra cada vez más en el metal progresivo. De hecho, este “Nightmares as extensions of the waking state” podría ser una perfecta continuación a su anterior “Void of the stars”.
Atmosférico y oscuro como su inicio con “Thrice”, calmado pero con una parte central puramente progresiva. Un gran arranque que continúa con la “luminosa” (si algo así se puede escribir de Katatonia) “The liquide eye”, donde sí se nota una evolución al otorgarle un protagonismo a la guitarra, con punteo incluido. En este punto debemos recordar que el anterior guitarrista Anders Nystrom dejó la banda, quedando Jonas Renkse como único miembro original, acompañado de Nico Elgstrand y Sebastian Svalland a las seis cuerdas, el habitual Niklas Sandin a las cuatro y Daniel Moilanen a la batería.
“Winds of no change” empieza con un coro hímnico que se repetirá en el estribillo aunque la mayoría del tema es una especie de doom progresivo.
“Lilac” posee otro inicio progresivo, en un corte algo más largo (aunque no llega a los cinco minutos) que luego pasa a una serie de cambios de ritmo tan propios de los escandinavos, con un pasaje central casi acústico.
Una frialdad sueca que sigue reflejando el álbum y, por supuesto, también “Temporal” que mantiene esa constante que se debate entre el intimismo y el poderoso “riff”, una fórmula que los de Renske dominan a la perfección, siendo de los mejores (tal vez los números uno) en su género.
“Departure trails” es el tema más espacial y atmosférico del “Nightmares as extensions of the waking state” aunque sin dejar las escalas progresivas, sobre todo, en las fases instrumentales
Y con el protagonismo del punteo se nos presenta “Warden” aunque según avanza el corte se suma la batería. Aunque lo mejor, como hemos escrito en el anterior párrafo es el arpegio, algo donde no suele prodigarse Katatonia.
Y una “vuelta de tuerca” más podemos observar en “The light which I bleed” donde el puente y el estribillo mantienen las constantes del Lp pero el “riff” de las estrofas podría acercarse a una suerte de “funky” (que hablando de Katatonia podría sonar a herejía), antecediendo el final con “Efter solen”, delicada pieza con protagonismo del piano, cercana a la balada y al poso relajado aunque con toques electrónicos en su parte final, llegando al desenlace guitarrero del comienzo de “In event of” aunque pronto regresa al “tempo” tranquilo, nota de este notable trabajo de un grupo que, a pesar de los cambios, sigue siendo un proyecto consolidado, perfecto en lo suyo y que, a buen seguro, gustará a su seguidores y aburrirá a sus detractores pues pocos cambios existen en este buen “Nightmares as extensions of the waking state”.
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