“The Alto Knights” es una historia de “gangsters” filmada de forma clásica. Cine que recuerda a Scorsese, a cintas como “Uno de los nuestros” o “Casino”. No en vano, el guionista de ambas obras maestras “scorsesianas” es Nicholas Pileggi, quién también firma el “libreto” de esta. Un argumento que pivota alrededor de dos mafiosos enfrentados, amigos antes, que luchan por el control de los negocios ilícitos en Nueva York. Algo que desde “El padrino” se resume en la maquiavélica fórmula de “son sólo negocios, no hay nada personal”.
Y Pileggi no es el único nombre que nos conduce al autor de “Toro salvaje” o “Taxi Driver” pues su actor fetiche es el absoluto protagonista de la trama pues Robert De Niro interpreta un doble papel como líder de ambas facciones. Uno que intenta dejar la vida ilícita, tras un intento de asesinato, y otro que desea iniciar una guerra al acusar de traición al primero. Un De Niro que vuelve a funcionar en un rol que domina a la perfección tras décadas como hombre de la mafia.
El último veterano es su director Barry Levinson, ganador del Oscar por “Rain Man” y cuya mejor etapa fue entre las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado. De hecho, su incursión en el terreno del cine mafioso fue en 1991 con “Bugsy”, con la que logró los principales Globos de Oro de aquella temporada aunque acabó perdiendo en los Oscar ante “El silencio de los corderos”. Su realización es pulcra, efectiva y tradicional y sus dos horas de metraje gustarán a los aficionados a este género, en una narración de más a menos. Interesante pero que no aporta nada nuevo.
Un “The Alto Knights” interesante pero lejos de las genialidades antes citadas. Más cerca de “Bugsy” que de “El padrino”, donde incluso la banda sonora de Dave Fleming recuerda a la de Ennio Morricone de “Bugsy” en más de un pasaje, dentro de una factura técnica irreprochable.
Y es que aunque sea un producto menor este “The Alto Knights” pertenece a la gran estirpe del audiovisual mafioso que tanto en la “gran pantalla” como en la televisión ha dado tantos buenos momentos. Esos italoamericanos que desde la pobreza y la emigración desde Europa llegan a controlar un país por medios delictivos, donde la redención suele darse al final por medio de la cárcel o la muerte.
Y es que a las citadas antes como “El padrino”, “Casino” o “Bugsy” podemos añadir “joyas” como “Los Soprano”, “Atrapado por su pasado”, “El golpe”, “Los intocables de Elliot Ness”, “El golpe”, “Érase una vez en América” o “El precio del poder”, por citar ejemplos referenciales.
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