Que haya nuevo disco del bueno de Mike Farris, siempre es buena noticia, y siempre esperamos que sea un disco como los que sacaba con los SCW o como aquel “Goodnight Sun”.
“The Sound of Muscle Shoals” se titula este artefacto del que antes de pinchar o darle al play de nuestra lista de reproducción, ya tenemos unas expectativas muy altas. Cosa perjudicial para ser imparcial tanto en lo bueno como en lo malo.
“Ease on” es un tema de lo mas anodino, aunque esa voz tan impresionante que tiene Mike hace que sea algo más. La composición no pasa de ser otra más. Con “Heavy on the Humble” la cosa cambia y empezamos a disfrutar con ese poderío de una guitarra potente. Le sigue “Swingin” que sigue por el mismo nivel de notable alto. Temazo pegadizo con esos coros tan característicos que le gustan a Mike, que encajarían perfectamente en un disco de Delaney & Bonnie. “I`ll Come Runnin´” es una balada donde, otra vez, esa voz tan reconocible y potente de Farris junto al respaldo de los coros y un punteo de guitarra simple pero eficaz, hacen que el tema no caiga en algo simplón, pero suena ya a “escuchado”. Es cierto que a esta alturas de su carrera no se le puede pedir a Farris otro “Magnolia” e impresionar así a sus fans más acérrimos; es tarea difícil.
Con “Bird in The Rain” sí que volvemos a un “Deja Vu” semi evangélico que no aporta nada de transcendental. “Slow Train”, es una clásica canción gospel de Steve Cropper y William Bell, que se hizo famosa gracias a los Staples Singers. Es exactamente eso: soul y gospel de gusto sureño, que a estas alturas del disco, pide más, de manera que junto a otra balada que le sigue, “Bright Lights” esta vez de tintes country que me recuerda a los Pure Prairie League, hacen que el disco empiece a perder fuelle, aunque nunca calidad.
Creo que los temas están mal situados en su orden y eso les hace perder fuerza si se escucha seguidos. Con una escucha “random” cambia la cosa…
Le sigue otra balada, esta vez en clave soul, “Learning to Love”, coescrita por Farris y McFarlane, en la que se vuelven a echar de menos algunas guitarras estridentes y capas de acordes de Wurlitzer como en los primeros temas. “Her” sigue por el mismo camino que empezó a partir de «I’ll Come Runnin´” composición de relleno que gracias a la voz de Mike adquiere calidad. “Before There Was You & I” Mike la canta teniendo a Percy Sledge en mente, no cabe duda, “Sunset Road” con un toque, su toque de soul, sigue y cierra el disco si haber vuelto a que haya surgido o sonado algún guiño musical a los SCW.
The Sound of Muscle Shoals nos muestra a Mike Farris habitando el soul y la música gospel que tanto ama. Los fantasmas de Clarence Carter, Wilson Pickett, Joe South o el mismísimo Otis Reddig recorren el disco desde los primeros compases de “Ease On”.
Un disco que parece la perfecta continuidad de “Shine For All The People” que lanzó en 2014. La voz de Mike Farris impregnada de soul y gospel de forma que cante lo que cante suena a ese estilo. Mismo cuando se quiere marcar un blues o un tema de country rock.
En definitiva, y, en mi humilde opinión, es un buen disco de Mike Farris, superior a su antecesor. Una persona que jamás ha escuchado a Farris caerá prendada a sus pies, a un seguidor normal le entusiasmará y a un fan acérrimo tardará en encajarlo en su mente; porque siempre le rondara por su memoria “ “Magnolia” y “Goodnight Sun”. Pero sin duda alguna, hay que escucharlo como si jamás hubieras escuchado a Farris.
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