Pues sí, la felicidad de la niñez amortigua
cualquier sufrimiento en la edad madura.
Pero mis hijas no han sido tan felices
cuando me separé. La mayor, con cinco años,
se quedó llorando al verme marchar.
Algo que ahora sé, no tendría que haber ocurrido.

Como tampoco aquel día. Me encontraba trabajando
en mi escritorio y sentí un dolor punzante
en la muñeca; de manera espontánea,
se rompió un hueso. Fui al traumatólogo,
era mi primera visita. Y al entrar por la puerta
me dijo sin conocerme: “Esos poemas…”

 

 

by: Angel

by: Angel

Melómano desde antes de nacer, me divierto traduciendo canciones y poesía. Me gusta escribir. Soy un eterno aprendiz y bebo de casi todos estilos musicales, pero con el buen rock alternativo me derrito.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

oficio

oficio

¿Es normal hartarse a veces? ¿de aguantar hasta que sale un poema? Y seguir así, después, aguantando… No sé a quién pregunto. Traducir me alivia. Algunos de mis amigos se hartan de lo mismo; y ellos no escriben poemas. Me consuelo pues creando pequeños soles para sus...

balconcillos 19

balconcillos 19

¿Te acuerdas de cuando murió abraham? Sara estuvo toda la tarde hablando con él, con un cadáver. Y cuando la escuchábamos sonreíamos mientras, al mismo tiempo, nos secábamos las lágrimas. Te tienes que acordar, fue en este mismo tanatorio. La caja de abraham se...