Quizás el mejor heterónimo del poeta Fernando Pessoa fue el de Álvaro de Campos. Con él escribió genialidades como “Tabaquería” o “Lisbon revisited”. Modernista, exuberante, y al mismo tiempo, decadente. Como la vida misma. Una idea que parece compartir José Carlos Sisto con este proyecto llamado Lyd Heavyman, del que ahora nos presenta “Electroadagio”, tras su estupendo “Ciclo del eterno retorno”.
Lyd Heavyman es Sisto y Sisto es Lyd Heavyman. Y esto se demuestra al ser todos los temas compuestos, arreglados y escritos por el músico jerezano. Además canta, toca el bajo y la guitarra, instrumento del que es virtuoso. Le acompañan en este lisérgico viaje Rafa Camisón a la batería y las colaboraciones a las seis cuerdas de José Moares de Surya y Pedro Gago Marín de los míticos Tiburón.
Maravilloso inicio con “Miro a las estrellas” donde combina el rock melódico, el progresivo e, incluso, el A.O.R. Una maravilla sónica que entra a la primera escucha y que entre su accesible melodía se suma unos solos de guitarra a la altura de pocos. Seis minutos y medio de deleite absoluto. En otra época podría haber sonado hasta en las emisoras de “radiofórmula”.
“Desde lo más profundo” posee más pegada. Hard rock cercano al heavy metal. Un riff poderoso y esos solos “marca de la casa” en casi siete minutos y medio que maravillan desde la primera hasta la última nota. ¡Qué capacidad para ofrecer sensaciones diferentes en dos canciones la de Lyd Heavyman!
A golpes de baqueta se presenta “Pliego el tiempo” aunque pronto las seis cuerdas toman el protagonismo. Otro riff de altura en las estrofas que desemboca en otro melódico estribillo. Su sonido “hard rock” ochentero emociona y nos recuerda aquello de “El Gatopardo” de “Cambiarlo todo para que nada cambie” pues dentro del tema uno se siente bien, a gusto con lo que escucha en estos poco más de siete minutos.
“Mientras duermes” es otro corte de gran desarrollo (siete minutos y medio), tan melódico y progresivo como “Miro a las estrellas” pero con mayor fusión de los setenta y ochenta. Universal y local a la vez. Como si Rush y Topo se hubiesen conocido. Y además con el añadido de unos cuentos duelos asesinos con José Moares.
“Máscaras de cielo” es un rock más reposado (por lo menos en las estrofas). De nuevo, uniendo setenta y ochenta. No sabemos por qué pero la mente nos conduce a Wishbone Ash, quizás por las brutales “twim guitars” con Pedro Gago Marín o porque la única vez que vimos a la inmortal banda fue en la Sala Paul de Jerez (dentro del extinto Serie Z) capitaneada por Martin Turner. El caso es que sigue trayéndonos buenos recuerdos.
Entre esta parte central y final, el único ritmo sin colaboración es “Si el mundo se detiene” que comienza con acústica aunque pronto se unen los pedales de efectos y la voz de Sisto que suena etérea. Medio tiempo atmosférico con protagonismo de las guitarras. Un remanso de paz psicodélico perfecto para desconectar del mundo. Un oasis de calma entre el árido desierto en el que estamos sumidos.
“Alta tensión” vuelve a contar con el apoyo en la rítmica de José Moares. Hard rock ochentero en un medio tiempo “in crescendo”. Otra gran pieza que constata que para el amante del rock virtuoso este “Electroadagio” colmará sus expectativas porque no hay una sola canción “de relleno”.
Una honestidad y un gusto por el clasicismo que también se puede observar en los más de ocho minutos de “Entre mil galaxias”, con un gran solo de Pedro Gago Marín. De nuevo su sonido atmosférico nos eleva a territorios más elevados. A una sublime conjunción de ritmos y melodías, arpegios y cadencias a la altura de muy pocos. Cerramos los ojos y por momentos nos evadimos de nuestro cuerpo como explica la letra del tema. Deseando escucharlo en directo pues puede suceder como nos pasó hace décadas en el Auditorio Nacional de Música en Madrid con el “Telemusik” de Stockhausen cuando hicimos caso al genio alemán allí presenta, cerramos los ojos, nos relajamos y cuando la pieza terminó veinte minutos después no sabíamos bien donde nos encontrábamos. Tal era el grado de concentración adquirido durante la obra.
Un Lp que finaliza con la preciosa “Siempre estaré junto a ti”, con colaboración de José Moares y el coro femenino de Antonia Barba Álvarez que sirve de colofón a un álbum magnífico, sobresaliente y de lo mejor que vamos a poder oír en este presente 2024. En un mundo justo José Carlos Sisto debería ser reconocido como uno de los guitarristas con más talento de España. Un músico con mayúsculas que nos ha brindado una obra total. Nos rendimos ante Lyd Heavyman y su “Electroadagio” que ahora queda situado en nuestra discoteca entre Lucinda Williams y Lynyrd Skynyrd. No merece menos.
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