Debut en la dirección de Ishana Shyamalan, hija de M. Night Shyamalan quien parece empeñado en lanzar a sus retoños al estrellato pues gran protagonismo se le daba a Saleka en su última película «La trampa». En este “Los vigilantes” se limita a las labores de producción. Una “jugada” que no le debe resultar ajena y que es probable que aprendiese de Will Smith cuando intentó convertir en estrella a su hijo Jaden con «After earth», fracaso económico y artístico que dirigía Shyamalan padre.
Y algo del cine de su progenitor se ve en la “opera prima” de Ishana Shyamalan, por lo menos en su faceta de guionista con constantes giros argumentales en el tramo final, una de las señas de identidad del responsable de “El sexto sentido”. La joven realizadora respeta esas trampas en la historia que tan buen rédito ha dado en el cine de suspense. Todo mezclado con un punto de folklore irlandés en un bosque maldito y embrujado, lo que le otorga un punto como de cuento para niños o novela de fantasía.
Lo que encontramos aquí es la vivencia de una joven, conuntrauma no superado, que tiene que llevar un pájaro de su tienda de animales a un zoo, quedando varada en mitad de un lóbrego bosque donde termina en una casa junto a unos desconocidos. Lugar de donde no puede salir pues unos espectros acechan cada noche, limitándose a ver lo que hacen los humanos a través de una gran cristalera. Un argumento que nos remite a unos cuantos de los trabajos de su padre en pocos escenarios como la anteriormente dicha “La trampa” o unas cuantas de sus últimas producciones como «Llaman a la puerta» o “Tiempo”. Pensándolo bien, buena parte de su producción mantiene esa mínima selección de localizaciones tanto en sus inicios como en su última etapa tras «La visita».
Técnicamente “Los vigilantes” es un largometraje agradable de ver, de fotografía algo oscura y con una buena banda sonora orquestal de Abel Korzeniowski pero donde nada “chirría” es exceso, más al otorgarle ese punto de cuento fantasmal, tan irreal y donde una joven triste, con demonios interiores no superados deberá superar sus miedos para volver a la vida. Algo similar pero con mucho mejor resultado que en la fallida «El bosque de los suicidios» donde el mítico parque de Aokigahara, a los pies del Monte Fuji se convertía en otro protagonista más, como sucede con el bosque irlandés donde merodean esos “vigilantes” a los que alude el título.
En el capítulo actoral, todo el protagonismo recae en una Dakota Fanning que si bien no ha conseguido cumplir las expectativas del inicio de su carrera (sin ser tampoco una estrella, mejor recorrido ha tenido su hermana Elle) si demuestra su buen cometido como actriz en una película neutra, sin demasiados factores negativos ni positivos. Confiemos en mejores trabajos futuros para Ishana Shyamalan.
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