Tercer día de Mad Cool 2024. Empezamos fuerte. Soy fan incondicional de BENJAMIN CLEMENTINE, su crisol de soul, ópera, jazz, rock y poesía me parece más que atractivo. A todo ello hay que sumarle esa voz que parece ser la heredera de Nina Simone. A pesar del tremendo calor y el sol abrasador, su actuación fue la más emotiva y una de las mejores del día.
En el mismo escenario, y a pesar del calor, el dúo británico SLEAFORD MODS me dejaron algo frío. No son un gran grupo en directo, la verdad. Su mejor baza está en la mala uva de sus letras y en su incorrección política. Son como unos Pet Shop Boys punk, la versión de West End Girls les delata, pero en directo les falta algo más de variedad en su propuesta musical. Me acaban aburriendo y me fui a coger sitio para Black Pumas en el escenario principal.
BLACK PUMAS nos trasladaron a los años 60 con su soul psicodélico. Colors o Black Moon Rising brillaron especialmente en la prodigiosa voz de Eric Burton y su forma de meterse al público en el bolsillo.
¿A quién se le ha ocurrido que el concierto de Black Pumas coincida con el de Tom Morello? Toca decidir y gana Morello. El legendario guitarrista TOM MORELLO ofreció un espectáculo a la altura de su leyenda. Conocido por su lucha contra el capitalismo, su actuación no sólo fue una formidable muestra del mejor rock combativo, sino también un poderoso recordatorio del poder de la música como herramienta de cambio. En lo musical, es un placer verle maltratar a su guitarra en directo para sacarle sonidos imposibles. Tom Morello es un verdadero exponente de la imaginación a las 6 cuerdas, algo de lo que vamos bastante escasos. Vino acompañado de su hijo de 15 años, Roman Morello, con camiseta de Lamine Yamal y que toca la guitarra de miedo. De casta le viene al galgo. También hubo tiempo para recordar a Chris Cornell (quien coincidió con Morello en Audioslave) con Like a stone y hasta subió al escenario Thomas Raggi (guitarra de MÅNESKIN) para interpretar Kick Out the Jams de MC5. La histeria se produjo cuando interpretó Killing in the name de Rage against the machine y dejó que el público cantara la letra (a su manera, ya me entiendes). Otro momento mágico de este Mad Cool 2024.
SUM 41 era una de las actuaciones más esperadas para muchos. No es mi caso. La banda canadiense, icono del pop-punk de este milenio se bajará de los escenarios después de esta última gira. Yo no les echaré de menos. Bandas como SUM 41, Green Day o Blink-182 no me dicen demasiado. Su concierto no logró hacerme cambiar de opinión. Hubo mucha pose y sonaron sus hits Fat Lip, Pieces y Walking Disaster pero no logré conectar con su propuesta, quizás sea culpa mía.
Lo cierto es que me fui a ver a la nueva diva del disco: JESSIE WARE, que me gustó mucho más. Ese dance tan británico arrasó sobre el escenario en su primer concierto en Madrid. El público disfrutó bailando con los temas de su reciente álbum ‘That! Feels Good!’ y clásicos como ‘Say You Love Me’ y ‘Wildest Moments’. La británica triunfó con un show bastante eficiente en el que destacó su cuerpo de baile y unas coreografías bastante molonas.
Si en los días previos hubo nostalgia de los 90 con Pearl Jam, Garbage o The Smashing pumpkins, la cuota de nostalgia de ester tercer día estuvo a cargo de The Breeders en el escenario Orange. El grupo liderado por las hermanas Kim y Kelley Deal, han vuelto a los escenarios 30 años después del lanzamiento de su exitoso álbum ‘Last Splash’. Frente a la exaltación de la juventud y la sensualidad de MÅNESKIN, The Breeders me resultaron algo sosos, fíjate qué cosas. Sin nada que demostrar ya, las hermanas Deal fueron a cumplir. Por supuesto, tocaron una deslucida Cannoball y se despidieron con una versión del Gigantic de The Pixies.
¿Qué decir del fenómeno italiano del glam rock MÅNESKIN? Pues que su rápida ascensión al olimpo del rock es a todas luces desproporcionada aunque hay que reconocerles que no tocan nada mal y van sobrados de carisma, no han inventado nada. En un mundo en el que el rock está perdiendo importancia y parece que no surgen nuevos grupos que atraigan a la gente más joven, MÅNESKIN se han hecho un hueco. Si Tom Morello es experimentación y riesgo, MÅNESKIN se dedican aplicar las fórmulas del rock que ya funcionaban hace 50 años. En directo no aportan nada que no hayamos visto ya, pero sus fieles y jóvenes seguidor@s no parecen saberlo. Dudo mucho que sus miles de fans adolescentes conozcan a Iggy & The Stooges o The Spiders from Mars de David Bowie. Empezaron sonando bastante mal pero la cosa se arregló pronto. No faltaron sus greatest hits I Wanna be your slave, Beggin, Zitti e buoni, Bla Bla Bla o Supermodel. El carismático frontman Damiano David y sus compañeros Victoria De Angelis, Ethan Torchio y Thomas Raggi son más un fenómeno fan que un grupo de rock, cierto, pero es la única esperanza que le queda al rock para tener algo de relevancia. En directo hacen uso de todos lo clichés del rock y la cosa funciona. Al final subieron a una legión de fans al escenario para interpretar Kool kids en un momento de apoteosis juvenil que ellas no olvidarán jamás. Cuando parecía que la cosa ya había terminado, debieron de darse cuenta que su set era demasiado corto y Thomas Raggi vuelve a escena para hacer un solo a lo Maggot brain antes de atacar The loneliest e inexplicablemente… volver a interpretar I Wanna be your slave. ¿Venían sólo con un set de 50 minutos?¿Se quedaron sin repertorio? ¿No tienen más temas? A sus fans no les importó.
Y hasta aquí el tercer día del Mad Cool 2024.
Fotos cedidas por la organización.
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