El Z Live se está convirtiendo por méritos propios en uno de los festivales más al alza en el panorama nacional, ya que a unos carteles magníficos se suma lo acogedor que resulta su situación en la ciudad de Zamora, joya del románico castellano- leonés, prácticamente un museos al aire libre. Además el clima suele ser más benigno que en otras latitudes más meridionales, si bien es cierto que tuvo la mala fortuna de encontrarse el pasado año con esa maldita borrasca que anegó buena parte del norte de España y que hizo que se suspendiese una de las jornadas del Z.

JUEVES 13

La primera de los tres días en que Zamora vuelve a convertirse en el referente roquero nos ofrecía un buen tiempo en lo climatológico y una muchedumbre dispuesta a pasarlo lo mejor posible. Desde primera hora se pudo comprobar la buena disposición de asistentes y organización que de nuevo llevan a la Feria de Muestras el mejor  heavy metal y unos detalles de esos llamados intangibles que hacen que la comunión entre ellos y el público sea asombrosa.

Divididos en dos escenarios (Silver y Cooper Stage), las hostilidades aparecían bien pronto con los primeros conciertos. En este caso se podía disfrutar de media hora de tres formaciones tan diferentes como el metalcore de The Broken Horizon, el industrial de Mind Driller y la sorprendente fusión de metal y flamenco de los gibraltareños Breed 77.

Si dejaron los “llanitos” sorprendidos al respetable con su propuesta, no fueron menos los suizos Illumishade, banda formada por dos ex Eluveitie y que combinan el metal sinfónico con la música de cine. Otros que en sus cuarenta minutos de actuación convencieron y ganaron nuevos adeptos.

Otros que regresan son Legión, ahora bautizados como Legión DC. Se mantiene su fundador Quimi Montañés a la guitarra, junto a la segunda de Toni Rodríguez, Miguel Ángel Rodríguez a la batería, Toni Sáez al bajo y como vocalista Mark Kararocker. Presentaban nuevo disco pero mantienen el ritmo de Legión. Es decir, el thrash metal con el que llevan tocando desde hace treinta años. Alegra ver a los barceloneses abriendo en el Z Live su nueva andadura.

Una hora que supo a poco y que enlazaba con otros tipos interesantes como son Orden Ogan, unos alemanes que fusionan el metal progresivo con el power y a los que había tenido la fortuna de ver el año pasado en el Milagre Metaleiro de Portugal. Pocos cambios de sonido respecto a ese directo con una puesta en escena “resultona” y buenos temas como los iniciales “heart of the android”, “F.E.V.E.R” e “Inferno” hasta el final con “Gunman”, “Let the fire rain” y “The things we believe in”.

Y tras los germanos, la auténtica “diva” del metal teutón como es Doro. La veterana Doro Pesch sigue con un estado de voz más que digno para alguien que ya cuenta con sesenta inviernos y por muchas veces que hayamos disfrutado de su directo, su propuesta sigue siendo válida mezclando clásicos de Warlock como “I rule the ruins”, “Earthshaker rock”, “Hellbound”, “Für immer” o el celebérrimo “All we are” con el que cerró con sus temas en solitario como “Time for justice”, “Raise your fist int the air” o “Burn it up”. Doro es uno de esos nombres que no pasan de moda y que echaremos de menos cuando decida dejarlo. Visto su estado creo que será dentro de bastante tiempo todavía.

Y de la gran Doro al Cooper Stage a ver uno de los platos fuertes como era el caso de los suizos Eluveitie, a los que hace años que han tomado un deje más “duro”, después de unos cuantos vaivenes de formaciones, con idas y venidas de miembros, alguna tan traumática como la de Anna Murphy. Su folk metal sigue funcionando bien, uniendo dureza e instrumentos tradicionales de los Alpes y temas tan conocidos como “Havoc”, “Epona” y, sobre todo (observando la respuesta del público) “The call of the mountains” e “Inis Mona”, con la que, por supuesto, cerraron junto con unas cuantas piezas del hasta ahora último álbum “Ategnatos” (aunque tenga ya cinco años).

Aunque, sin duda, el “cabeza del cartel” de este jueves eran los suecos Europe con sus cinco jinetes desde hace décadas, encabezados por un Joey Tempest con una voz que es la envidia de cualquiera de su generación, un John Norum en modo “guitar hero” (unas cuantas distintas nos mostró en Zamora), la base rítmica de John Leven e Ian Haugland y ese toque tan característico que aporta Mic Micaeli al teclado. Un acierto asistir a un concierto de los escandinavos pues, como ejemplo, unos amigos deseaban ir a cenar pero esperaron dos canciones, tiempo suficiente para aguantar hasta el final.

Concierto largo donde desplegaron su repertorio desde los ochenta. En esta ocasión comenzaron con “On broken wings” en vez de “Walk the earth”, como las últimas veces que les vimos en el Rock Imperium. Una colección de clásicos sin desperdicio como “Seven doors hotel”, “Rock the night”, “Sign of the times” o “Carrie” que sonaron antes de la mitad de su concierto. A los que hay que sumar, entre otras “Open your heart”, “Superstitous” o su antológico desenlace con “Cherokee” y “The final countdown”. De hecho, ese “The final countdown” junto al posterior “Out of this world” siguen siendo los discos que más piezas interpretan en un set list que contentó a la mayoría de los presentes.

Y tras el rock clásico de los nórdicos, alguien que está empezando como Jelusick, proyecto del croata Dino Jelusick, ganador de un Eurovision Junior hace veinte años. Nunca lo habíamos visto en directo y ofreció algo diferente con un rock melódico con predominio del piano con temas propios como “Reign of vultures” o “Acid rain”con versiones como el “The look” de Roxette , aderezado con momentos de virtuosismo con solos guitarreros, de bajo o batería. Interesante.

Para cerrar, los veteranos Obús, santo y seña del heavy metal español, capitaneados por un Fortu tan accesible como siempre y la sempiterna guitarra de Paco Laguna. Siguen con su gira cuarenta aniversario desplegando cortes míticos desde el inicial “Necesito más”, “El que más”, “Te visitará la muerte”, “Que te jodan”, “Dinero, dinero”, “Prepárate” o “Vamos muy bien”. Siguen siendo perfectos para animar al personal y cerrar esta primera fecha por todo lo alto. Y es que como afirma de forma categórica Txema Bustillo: “Quien no quiere a Obús no quiere a su familia”.

Texto y fotografías: Sergio Bixo y José Luis Díez

by: Jose Luis Diez

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Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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