El Rock Imperium volvía a abrir sus puertas en esta edición 2024. Y como en las anteriores el recinto elegido era el Parque del Batel de Cartagena (Murcia) para celebrar cuatro jornadas de rock. Este año hemos notado un foro principal algo más grande que en la pasada edición junto al acierto de mantener el tercer escenario en la parte de arriba en una carpa donde mitigar el calor de la región de Murcia y numerosos puestos de comida.

En cuanto a lo estrictamente musical, en este primer día sólo se habilitaron los escenarios principales pero pudimos disfrutar de ocho conciertos y como viene siendo habitual unos cuantos bastante cercanos a lo que podría ser su propuesta en una sala como actuación principal.

Los encargados de abrir fuego fueron los holandeses Blackbriar, metal alternativo con toques góticos, sobre todo merced a la voz de Zora Cock. Banda relativamente joven que recuerda un tanto a sus paisanos Epica.

Y más metal moderno con los finlandeses Turmion Kätilöt que nos ofrecieron un espectáculo bastante duro de cincuenta minutos, fusionando el metal extremo con el industrial. Todos maquillados aguantando de forma estoica el calor en esos momentos, cosa que hizo que no se pudiesen lucir lo mismo que en un recinto cerrado y oscuro. Nos pareció un cruce entre Marilyn Manson, Rammstein y Das Ich.

Y una hora tuvo Ronnie Romero para demostrar que junto a su nueva formación es una apuesta ganadora. El chileno gustó con un set list basado en su nuevo disco aunque finalizaron con el “Rainbow in the dark” de Dio. Nadie puede poner en duda su carisma y portentosas cuerdas vocales. Además a las seis cuerdas José Rubio, con el que conocimos a Romero cuando ambos militaban en Nova Era.

Y de un gran cantante a otro pues Erik Mastersson lo es desde hace años y su banda Eclipse lo demuestra con creces. Los suecos practican un hard rock melódico que funciona como un metrónomo. Y además con grandes composiciones como “Saturday night (Hallelujah)”, el “Apocalypse blues” con el que comenzaron, “Got it” o un perfecto final con los presentes coreando el estribillo de “Viva la victoria”. Y encima de una enorme profesionalidad porque en mitad del directo se les rompió un parche de la batería y mientras lo reparaban improvisaron un excepcional acústico.

Y más sabor añejo con Uriah Heep  que vienen teloneando a Judas Priest en su gira. Pero en esta ocasión tuvimos la suerte de poder asistir a un concierto mucho más largo, si bien es verdad que no llegó a la hora y media anunciada. Original queda como miembro su guitarra Mick Box pero Bernie Shaw en su front man desde hace décadas. Sonido setentero, clásicos de su “Demons & Wizars” como “Rainbow demon” o ese himno que es “Easy livin” (cantado junto a Ronnie Romero), rivalizando con los cortes de su reciente Lp “Chaos and color” y el resto de su inabarcable trayectoria.

Y como uno de los “platos fuertes” del día tenemos a los estadounidenses Extreme, comandados por Gary Cherone y Nuno Bettencourt. Su momento de gloria llegó en los noventa con discos como el “Ponograffitti”, del que tocaron cosas como “Decadence dance”, “Let the funk out” o su archipopular “More than words”, cantada por casi todo el público. También presentaron su reciente “Six” con temas que gustaron como “Rise”, “Banshee” o “#REBEL”. Una hora y media que contentó a todos sus seguidores y que celebramos pues no es sencillo poder ver a los americanos de gira por Europa aunque eso sí, su puesta en escena era bastante simple aunque tuvimos el detalle de Nuno Bettencourt de tocar una improvisación influida por el flamenco, como confesó el excelso guitarrista.

Aunque sin duda el cabeza de cartel y, posiblemente, mayor atractivo en cuanto a reclamo sea una institución como Judas Priest que continúan con su gira “Invincible shield tour”, cosa que demostraron con la entrada con “Panic attack” y alternando por medio “Gates of hell”, “Crown of horns” y el corte homónimo. Creemos que es un gran disco pero todo languidece ante la colección de clásicos que enlazan: “You´ve got another thing comin’”, “Breaking the law”, “Sinner”, “Turbo lover”, “The Green manalishi”, “Painkiller” (por citar una muestra) y un final arrollador con “Electric eye”, “Hell bent for leather” y “Living after midnight”.

Y la gran pregunta: ¿respondería la voz de Rob Halford a tan exigente repertorio? Que nadie espere la misma tesitura de hace cuarenta años pero fue más que digno y mejor que en otras ocasiones (no podemos comparar con Tim Ripper Owens al que vimos la semana pasada en Zamora pues ahora mismo juegan ligas distintas en cuanto a voz), acompañado de un Richie Faulkner que ha dado una segunda oportunidad aunque echemos de menos a KK Downing y, sobre todo, Glen Tipton.

Y tras la emoción de ver una leyenda como los británicos pasamos de Birmingham a Berlín con el folk metal de In Extremo, a los que hace años que habíamos perdido la pista y a los que tuvieron a bien ofrecerles concierto íntegro. Los germanos respondieron y ofrecieron una fiesta total para cerrar esta primera jornada bajo una fina lluvia.

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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