Si has leído alguna de las peroratas con las que torturo a mis compis de rockthebestmusic.com —sobre todo a Carlos Tizón y a Ángel Ferrer, que no sé cómo no me mandan a silbar a la vía—, has vislumbrado que soy un maula, que no tengo ni idea de la vida de un músico, pero que escribo desde el respeto y la admiración. Yo trabajo solo. Me puedo decepcionar a mí mismo por vago, por mala calidad en mis escritos o por cualquier cosa, pero el “negocio” de juntar letras es una cosa mía. Encontrar gente con un desequilibrio espiritual complementario, juntarse a aporrear instrumentos hasta que salga algo bueno y no tirarse los trastos a la cabeza por el camino, dadas las circunstancias para la inmensísima mayoría de bandas que conozco, me parece sencillamente un milagro. Konvexo empezó como una banda de versiones y, después de una retahíla de cambios de formación se ha convertido en lo que tengo delante, un cuarteto potente que viene pateando traseros. Un, dos, tres… ¡Konvexo!
Shadows of the past. Parece una guitarra metida dentro de una cajita de música lo que inicia el disco. Cuando menos te lo esperas, entra el guitarreo. La batería danzando a piñazo limpio a los timbales, el bajo creando una especie de carraspeo furioso sobre el que surfea un punteo lacerante como la espada de Konnan el bárbaro. Al entrar las estrofas, las voces, los trallazos del bajo a las cuerdas son como chisporroteos de una hoguera. La voz, por decirlo así, asienta la mezcla y le da coherencia. Coge un poso a Bring me to life, de Evanescence.
Only they will know. Una guitarra acústica y una voz. Bueno, y algo que decir, que lo obviamos siempre y es lo más importante. Por recordarme a algo, las primeras estrofas de Wake me up when september ends, de Green Day, aunque también el Debe quedar algo, de los todopoderosos Reincidentes, a los que el tiempo, desgraciadamente, da la razón cada día. Cuando entra toda la sala de máquinas, veo en Joaquín un adepto a la iglesia de Newsted: te amarán o te odiarán, pero las cuerdas retumbarán. Aunque le apagues el ampli, estoy convencido que el micro de Monika Imbrasaité recogerá los mangazos que le pega a las cuerdas. Ojo, que no es una crítica. Es como ver a Dave Grohl en el Unplugged, de Nirvana, contenido. Qué ganas de gritarle: “¡Dave, con todas tus fuerzas, tío!”. Para ser una baladita, la batería y el bajo no se andan pejigueros, y el solo de guitarra suena un poco a Santana. Joder, será por eso que empezaron versionando a MetallicA, tiene un poco a Hammett.
In the afterlife. De esta me quitan el carnet de heavy… o me dan un palizón en un desguace abandonado. Cuando oigo las primeras palabras de Monika Imbrasaité, estoy pensando en el estribillo de Viva al vida, de Coldplay. Anda que no dieron la murga con la cancioncita, que salía hasta en los anuncios de compresas. Tiene una similitud leve, cogidita por los pelos, con una voz casi en solitario, que me recuerda una barbaridad a Evanescence, cuando dice Bring me to life, justo antes de entrar en el estribillo. En honor a la verdad, la forma de cantar de Monika Imbrasaité me parece más «delicada». Siempre parece a punto de quebrarse, de soltar un gallo, como si estuviera conteniéndose las ganas de llorar desesperada, pero no, es su estilo. Es su arte. En cuanto cesa la voz, fuera tonterías: guitarreo, odio y distorsión. El caso es que tampoco es metal de doble bombo a velocidad de ametralladora, pero saben crear potencia, pegan duro y no hacen prisioneros. En la segunda estrofa crean una amalgama cuadriculada en la zona instrumental, lo más cerca que van a estar del metal industrial. Konvexo son más melódicos, pero pueden oscilar y hacer guiños a varios estilos.
Muitneme. Esto suena a una mezcla de metal de la vieja escuela, tipo Black Sabbath, pasado por un tamiz más actual, Saliva por ejemplo. Son de esos riff que se pegan, como el del comienzo de Am I Evil?, original de Diamond Head, pero inmortal por MetallicA. Es casi un cambio de estilo, mucho guitarreo, un giro al thrash, lo que a mí me suena a vuelta a los orígenes, a mis primeras casettes —sí, soy más viejo que un bosque. Yo era adolescente cuando Dios iba creando el universo—. Instrumental magnética, esto se disfruta, y en directo tiene que ser canela. Es de esas canciones que te sirve para dar un paseo, para entrenar, o para pasar la escoba. Motivación pura en mp3. Cuando pasan a modo semiacústico, hay una similitud con Orion, en batería y bajo sobre todo. Esto es canelita fina.
Lo dicho, un cuartito de hora de música, un punto de inflexión en una carrera turbulenta por la cantidad de músicos que han ido pasando por la banda, pero, a la vez, ejercicio de fe, de reafirmación en crear algo. Para los metaleros, enlaces de la banda:
Youtube https://www.youtube.com/@konvexo8044/featured
Facebook https://www.facebook.com/Konvexo.malaga
Spotify https://open.spotify.com/intl-es/artist/7FxeJuUjTUOA0iIShr58SA/discography/all
soundcloud https://soundcloud.com/konvexo-m-laga
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