Vargas Blues Band siempre ha mantenido un idilio con la sala Milwaukee, una vinculación especial con esta pequeño, y coqueto, local de El Puerto de Santa María al que suele acudir de forma habitual. La última sin ir más lejos en la penúltima formación que tenía por cantante a John Byron Jagger, sobrino del mismísimo Mick Jagger y con el que varió un tanto su repertorio más cercano al rock.
En esta ocasión, llegaba para presentar su último álbum “Blues Magic” pero sus dos horas de actuación dieron para un viaje a través de su imponente trayectoria por las procelosas sendas del blues y el rock, como confesó en algún momento de su íntimo directo. También nos habló de su amor al sur, desde Argentina al sur de Estados Unidos y, por supuesto, a estas latitudes tan meridionales de Europa al que le une su abuela materna, nacida en Setenil de las Bodegas.
En lo referente al evento, público numeroso (alrededor de cien personas), veterano y fiel a su cita con los de Javier Vargas que en esta ocasión se presentó en formato cuarteto con Tony Montana a la percusión y Peter Kunt y Luis Mayo a la batería y el bajo Fender, alternando las voces. Vargas con su Fender Stratocaster y su sempiterno look de pañuelo en la cabeza y gafas de sol. Chaqueta y pantalón vaquero y una divertida camiseta negra con la portada japonesa del “Tiburón 2” de Jeannot Schwarz.
Comienzan potentes con el instrumental “Best of my blues”, al que siguen clásicos como “Mojo hand”, “Why you left me”, “Playing at the crossroads”, el Funky de “Body schock”, el blues clásico en español de “Todos los días me pregunto” o el latino de “El tren de las 162, la presentación de “Blues magic”, dedicada al fallecido hace años Alberto Napolitano, presentado como alguien que vivía tan rápido como tocaba hasta que su moto le jugó una “mala pasada”, “Blues local” que habla de los bares que programan conciertos, sitios como Milwaukee regentado con tan buen tono por Carlos, “Black cat boogie”, “Texas Tango”, “Playing crossroads”, “Same old thing”, “hard time blues”, “Make sweet love to you”, “Sin city”, “Moonlight blues” o el bis con “Sácalo”.
Un viaje entre el inglés y el español (más del primer idioma que del segundo) y el blues pantanoso, el blues latino, el blues rock e, incluso el Funky, junto a discos míticos como “Big band”, “Gipsy boogie”, “Hard time blues”, “King of latín blues”, “Flamenco blues experience”, “Texas Tango”o “Madrid- Memphis”.
Un combo bien engrasado que demostró el talento que atesora y que hizo las delicias a todos los que se acercaron este domingo 26 de mayo a la Sala Milwaukee, uno de esos templos que echaremos de menos cuando decidan no continuar. Esperemos que sea lo más tarde posible, como la retirada de la Vargas Blues Band, capitaneado por un Javier Vargas que aunque no se le note la edad por fuera, ya empieza a sumar unos cuantos inviernos.
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