La octava edición del XXX Bourbon Festival, organizado por la sala Rock & Blues, contó anoche con la imponente presencia del músico estadounidense Shawn James. El show se llevó a cabo en Las Armas ya que 3 de los 12 conciertos programados se trasladan a esta sala de mayor aforo. Shawn James nos regaló ayer una de esas noches que los asistentes recordaremos durante mucho tiempo. Shawn James parte de géneros como el blues, rock y folk para transmitir crudas canciones de amor, redención y muerte. Todo ello configura su particular y oscuro crisol musical de un artista acostumbrado a nadar contracorriente.
En directo, a la voz sobrenatural de Shawn James hemos de sumarle una banda de la destacaba el soberbio violinista Sage Cornelius, un auténtico animal sobre el escenario que desprendió en todo momento un buen rollo impagable, mención aparte merecen sus poses y sus gestos. La cosa empezó suave, íntima, con Love will find a way y únicamente Shawn a los teclados para ir uniéndose el resto de la banda. Pronto toma protagonismo el violín de Cornelius y descubro con sorpresa que reina su silencio sepulcral entre los asistentes. ¿Sabes el típico pesado que se pasa hablando todo el concierto? Pues ayer no vino. Mejor para todos. El respetable estuvo callado, absorto en la emoción que emanaba del escenario.
Shawn James rescató temas de sus primeros discos como The stones cried out y una Burn the witch que hizo estragos entre el respetable. También hubo tiempo para presentar los temas de su más reciente trabajo, Honor and Vengeance (2023), su particular visión del Oeste americano. Sonaron I want more y Muerte mi amor en las que la voz de Shawn puso los pelos de punta a toda la sala. Increíble lo de este señor. En esta gira Shawn no hace versiones pero hizo una excepción y atacó Ain’t No Sunshine, el clásico de Bill Withers, que en su voz de barítono de ultratumba sonó atronadora. No pudo faltar Through the valley, el tema que dejó de tocar en directo durante años ya que no gustaba a su público hasta que fue incluido en la banda sonora de un vídeo juego y adquirió una inusitada notoriedad. Bien sabe James que los designios del Señor son inescrutables.
Tras la calma vino la tormenta. En la recta final la banda mostró su lado más rockero y la cosa se puso realmente salvaje con cañonazos como No blood from a stone o Haunted. Se les veía a gusto e incluso hicieron algún bis que no estaba previsto. Vamos, una noche mágica a cargo de este sacerdote de la oscuridad llamado Shawn James. Vuelva usted con su misa negra cuando quiera.
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