La lógica nos hace invariablemente dirigir nuestros pensama una serie de bandas que somos capaces de recitar de memoria cuando adaptamos el término “clásicos “ al thrash metal. Pero cuidado, que tampoco podemos negar que dicha etiqueta también podría abarcar a una serie de grupos que a pesar de que su aparición en la escena fue mucho más tarde cuentan con varias vueltas al kilómetro en su haber. Grupos, que en el caso del thrash metal, donde los “pioneros” -saquemos de la ecuación a la realeza del género- no parecen dispuestos a perder comba, espoleados por la continua ola de bandas que empujan con fuerza. ¿Qué parámetros debemos utilizar o tener en cuenta para encuadrar a una banda en el círculo de los clásicos?.
Los griegos Suicidal Angels, fundados en 2001 aunque hasta seis años después no tuviesen su disco debut hiriendo cervicales. 23 años y 8 discos, nada mal. El tercer mes de este 2024 amanece con la violencia sonora de los de Atenas. Sin medias tintas. Cuando te pones delante de un disco de este tipo sabes lo que hay y lo que -posiblemente- quieres que haya. Siempre te puedes encontrar alguna sorpresa como la canción que da nombre a este disco, “Profane Prayer” pero la línea general no va a defraudar ni a los fans de Suicidal Angels ni a los del thrash metal en general. “Profane Prayer” posee como cualidad absoluta -y seguramente ahí, la producción tenga bastante culpa que no toda- el ser capaz de identifirse con las correrías más características del género sonando a la vez “moderno” y actual. Y entrecomillo moderno, porque la acepción de dicho término a la idiosincrasia del thrash metal puede resultar muy sui generis.
“Profane prayer” cumple con su cometido, no albergo duda alguna sobre ello. Quizás si cayesemos en la tentación de comparar con otros trabajos de Suicidal Angels, veríamos algún momento donde le adelantan claramente en las curvas, pero lo cortés no quita lo valiente, y la sucesión de riffs de Suicidal Angels aprueban con nota. Dignos representantes de una generación de bandas cuya irrupción apuntaló los cimientos del metal y que siguen apostando por que la agresividad sea marca visible frente a devaneos varios.
0 comentarios