Desde Zaragoza, avalados por The Fish Factory llegan Fan Ray con su nuevo disco bajo el brazo. Lo de los maños, con esa portada que a los viejos del lugar, nos hace pensar en Running Wild, es heavy metal. Aquella «resurrección» mediática del género a final del siglo pasado con bandas como Mago de Oz, Lujuria o Tierra Santa y es que estos tres nombres me han venido a la cabeza cuando después de la intro de rigor, ha comenzado a sonar en mis altavoces «Libérame» con un estribillo de corte más hard rockero. «Área 333» es capaz de combinar con maestría la potencia intrínseca del heavy metal con el hard rock, de la manera que lo hacían Judas Priest antes de lanzarse de cabeza con «Turbo» o unos primerizos Tokyo Blade mientras que en el estribillo reconoces a Obús. Vale, prometo no nombrar más bandas, pero soy de aquella vieja escuela, que con el nombre de un par de bandas como referencia, aún sin ser un influencia calcada, eras capaz de hacerte una idea bastante acertada de por donde iban los tiros. Más hard rock suena «Almas libres» donde destaca la labor vocal y quizás, un poco más de contundencia de las guitarras le hubiese venido bastante bien.
«¿Dónde están?» nos devuelve a los terrenos del heavy metal más tradicional, esta vez en los parámetros del medio tiempo, calma tensa con predominio del bajo incluida. «Allí estaré» vuelve a lanzar el disco hacia arriba, recuperando potencia y brío, recuperando otra vez la esencia del heavy hispano de final del siglo pasado, esta vez con capas que les acercan al power metal de unos primeros Avalanch. El -fabuloso- riff de guitarra se endurece en «I.A.» aportando un sonido correoso a la canción coronado con los agudos del vocalista y que me hubiese gustado escuchar con un ápice más de fuerza bruta en la producción. «Todo lo bueno termina» adquiere ese tono hard n heavy en el que tan bien se desenvuelven. En «Cuento del mar» -la canción- nos encontramos con una interesante amalgama de influencias que a pesar de la distancia que en teoría las puede separar, Fan Ray saben engarzar muy bien. La balada «Recuerdo soy» es la encargada de cerrar el disco, con unos buenos coros. Disco interesante, al que alguna de las pegas que le encuentro y cuento, se relacionan seguramente con mi manera personal de disfrutar el heavy metal y la música en general, pero oye, de esto va esto. Eso sí, soltada la parrafada anterior, he disfrutado bastante este «Cuento del mar».
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