Con trabajo y una calidad enorme la propuesta de Soen va consiguiendo nuevos adeptos. Más si encima presentan un disco tan evocador como este «Memorial» que cierra una trilogía de grandes trabajos como fueron “Lotus” e “Imperial”. Un Lp el que presentaban que ha conseguido vender casi todo el papel y prueba de ello es la magnífica afluencia de público que casi llenó la Sala Custom de Sevilla.
Y es que aparte de ver las evoluciones de los suecos sobre el escenario, les acompañaban dos grupos de envergadura que, a buen seguro, consiguieron nuevos seguidores entre los presentes. Los primeros en aparecer fueron Terra, un cuarteto italiano con una presencia escénica cuanto menos singular con el batería más adelantado, ya que es el vocalista y alrededor dos guitarras y bajo aunque combinan bombos, timbales y algún instrumento de viento- madera. Convencieron desde su oscura y tribal introducción como canciones como “Create mutate erase”, “Father”, “Rise” o una espectacular versión del “Teardrop” de Massive Attack. Además jugando con las luces en los instrumentos de percusión, ya que son los que dominan su propuesta. Unos treinta minutos aprovechados al máximo.
Tras los transalpinos llegaron los franceses Molybaron que en cuarenta minutos demostraron ser una formación a tener en cuenta donde resulta sorprendente que de los nueve temas que interpretaron ninguno pareciese de “relleno”. Todos con unos grandes estribillos y un estilo inclasificable que transita entre el metal y el rock más clásico, toques jazzísticos e incluso avant garde. En algunos momentos podían recordar esos acelerados rockeros a lo Volbeat en “Twenty four hours” como el nu metal de unos System of a Down en “Something for the pain”, mezclando lo coreable con lo técnico, con dos discos protagonistas como son “Something ominous” y “The mutiny” y cortes con “pegada” como “Something ominous”, “Set alright”, “Animals”, “Breakdown”, “Lucifer”, “Vampires” o la final “Incognito”.
Y con quince minutos sobre el horario previsto comenzaba Soen con la curiosa intro con un poema de Dylan Thomas con efectos de luz y sonido. Y es curioso porque los escandinavos llevan una puesta en escena sobria, con un telón trasero, una tarima elevada para lucimiento de sus músicos y al final con la utilización de humo cubriendo la “caja” de la Custom. Poco más, basándose en un repertorio de enorme clase y unos músicos estratosféricos, capitaneados por el doble bombo de Martín López y la increíble voz de Joel Ekelöf, cantante de los que mejor afinan cada nota, con una dicción tremenda y una elegancia al entonar que nos hace recordar a Tony Hadley, la grave voz de Spandau Ballet aunque salvando las distancias musicales entre un grupo y otro. Junto a ellos, el bajo de Oleksii “Zlatoyal” Kobel que terminó mostrando una bandera de Ucrania al terminar la actuación, un guitarra sideral como es Cody Lee Ford y la segunda seis cuerdas que además combina con el teclado de Lars Enok Ahlund que consiguen un sonido compacto y casi perfecto.
Y eso que comenzaron con algún leve acople, con un Joel Ekelöf que salía con gafas de sol, duraron un tema, para seducirnos con la nueva “Sincere”, seguida de dos más antiguas como “Martyrs” y “Savia”. Primer momento de cénit con dos sencillos del nuevo álbum como las extraordinarias “Memorial” y “Unbreakable”, con “Lascivious” por en medio. “Unbreakable tiene todos los números para convertirse en un fijo en el futuro, dejándonos Ekelöf cantar junto a él el pegadizo estribillo.
Recuerdo para el anterior “Imperial” con “Deceiver” y un “Monarch” que sonó de escándalo aunque entre las dos llegaba “Ideate”. Otra composición del “Imperial” como “Fortess” dejaron otro de los momentos de la noche cuando tomó la palabra Martín López, hablando en español, contando lo feliz que se encontraba al ver tanta gente y bromeando sobre el desconocimiento del “intelectualismo musical” de la ciudad.
Tras tan celebrado parlamento, llegó el paroxismo con “Illusion”, una de las mejores baladas o medios tiempos escritos en años. Una suerte que Soen borda como se pudo escuchar poco después sobre esas variaciones sobre el mismo tema que es “Lotus” o “Modesty”. Ya antes de los bises nos dimos cuenta que todos sus integrantes habían tenido su momento protagonista en el elevado, bien practicando un solo (salvo, obviamente, López) o Ekelöf convertido en el perfecto front- man.
Final con “Antagonist” y la magnífica “Violence” que dejaron con ganas de más pues su hora y media se quedó algo corta, visto la intensidad y la capacidad que tiene Soen para transmitir emoción con las melodías de su metal progresivo.
Fotografías: Silvia Salado
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