Los amigos de PRISONERS OF ROCK   nos hacen participes de las sensaciones vividas en el Sant Jordi Club.


¡¡Por fin !! Lo que ya parecía un concierto maldito por culpa de todas las cancelaciones que había sufrido y todos los problemas añadidos, pudo celebrarse en un Sant Jordi Club que colgó el cartel de no hay entradas.

Una auténtica noche de Power Metal gracias a HAMMERFALL y HELLOWEEN que nos trasportaron a aquellos años donde el género estaba en su apogeo.

Abrieron HAMMERFALL, una banda ya curtida en mil batallas que ofrecieron un espectáculo basado en sus grandes éxitos pero sin olvidar su nuevo trabajo Hammer of Dawn su ya decimosegundo álbum de estudio. Los suecos liderados por el incombustible Joacim Cans y Oscar Dronjack salieron a demostrar porque siguen siendo banda de referencia para muchos seguidores del género.

Brotherhood fue el tema inicial, del ya mencionado último trabajo del cual también sonaron Venerate Me y el tema homónimo que realmente no desentonaron en absoluto con el resto del repertorio. Un recorrido a lo largo de su historia nos permitió escuchar The Metal Age, Last Man Standing, Renegade y la épica Hearts On Fire canción elegida para poner punto final a su actuación. Sin duda unos grandes teloneros, muy compactos en su sonido y con una actitud indiscutible que nos dejaba a punto para disfrutar de los germanos HELLOWEEN.

Con bastante puntualidad pudimos ver a las calabazas dispuestas a ofrecer un espectáculo que se prometía memorable. Solo ellos pueden empezar con una canción como Skyfall, 12 minutazos épicos que se puso al público en el bolsillo desde el minuto cero y es que este tema va camino de convertirse en clásico… otro más. Aun recuperándonos la banda atacó Eagle Fly Free, del aclamado Keeper II , Mass Polution que tal vez sonó algo fuera de lugar al ser de su último trabajo y pillar a algunos un poco fríos, y luego el combo de Future World y Power que volvió a poner la sala patas arriba.

A estas alturas la banda se muestra rodada y sin fisuras, repartiendo muy bien los roles de voz entre Michael Kiske y Andi Deris así como la labor de guitarras entre Michael Weitkath, Kai Hansen y Sasha Gerstner, y los auténticos motores de la banda, Markus Grosskoft y Dani Löble en la sección rítmica.

Hubo también tiempo de recuperar Save Us para el lucimiento de Kiske, y después llegó el momento de viajar al pasado, al principio de todo, donde HELLOWEEN puso la primera piedra para llegar a ser sin duda una leyenda.  Sonó Walls Of Jericho a modo de intro y Kai Hansen, tomó posesión del escenario para ofrecernos un medley que incluyó Metal Invaders, Victim Of Fate, Gorgar y Ride the Sky, para acabar interpretando en su totalidad Heavy Metal (Is The Law) dejando claro quién es el “culpable” de que Helloween tengan su actual estatus dentro del mundo del metal.

Forever And One (Neverland) con Andi y Michael a dúo fue otro momento mágico bajando un poco las revoluciones tras la descarga anterior. Best Times, autentico temazo, la esperadísima Dr. Stein y la espectacular How Many Tears pusieron final al primer envite de los alemanes, pero todos sabíamos que aun faltaba mucho por oír y disfrutar.

Y así fue, la banda volvió con una estupenda Perfect Gentleman donde Andi Deris demostró que es el miembro con más carisma de todos, desde su actitud en escena o su español justito pero siempre simpático que contrastaba con la habitual frialdad de Kiske. Todos sabemos de las rencillas internas que han sacudido la banda y estaba claro que Hansen y Weikath se ignoraron todo el concierto y no sabemos si esta propuesta tiene algún futuro después de la gira, pero todo eso se olvidó en el momento en que Sasha tocó la intro de Keeper Of The Seven Keys sin duda la piedra angular de HELLOWEEN, que la banda interpretó en su totalidad, casi 14 minutos, con un Kiske pletórico y un Andi Deris espectacular y por supuesto el resto del grupo rayando a un nivel casi perfecto.  El arpegio final sirvió para despedirse del respetable que estaba aun asimilando lo que había pasado en el escenario y casi sin tiempo para recuperarnos de lo que habíamos vivido, la batería de Dani Löble dio paso al fin de fiesta, al himno con mayúsculas del Power Metal, I Want Out, donde unos globos naranjas, como no, y un montón de confeti puso punto final a una noche que parecía condenada a no poder celebrarse por todo lo ocurrido pero que al final pasará a ser un de las noches más memorables de HELLOWEEN en Barcelona. ¿Para cuándo el siguiente?

 

Texto: Ziltoid.

Fotos: Metalmaniac.

by: administracion

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