Algo cada vez más frecuente dentro de la escena del hard rock/heavy metal internacional es el contínuo vaivén de músicos de una banda a otra o uniones temporales para formar proyectos que en la mayor parte de las veces no tienen continuación o al menos de manera regular. También ocurre dentro de nuestras fronteras. No sé si el caso de Delalma será el de uno de esos trayectos de corto recorrido o por el contrario la simiente crecerá fuerte, ojalá, pero de eso ya nos preocuparemos en un futuro más o menos lejanos que ahora toca disfrutar de este primer lanzamiento de esta historia que recupera para la causa a un vocalista que debo reconocer que siempre me ha gustado muchísimo por su registro tan personal como es Ramón Lange que tantos años estuvo como vocalista de Avalanch. Junto a él nos encontramos a músicos con palpable curriculum como son Manuel Seoane a las guitarras, que además de su historia propia lo hemos escuchado en Burning Kingdom, Ars Armandi, Lujuria, Sinbreed y Mägo de Oz entre otros.
Junto a Manuel y Ramón, otro de los pesos pesados es Manuel Ramil, teclista de Avalanch, Mägo de Oz, Adventus o Warcry por nombrar algunas de las bandas por las que ha pasado. Completan Delalma el bajista Jesús Cámara (Death & Legacy) y Dave Lande (Celtian) a la batería. Cuando en octubre del año pasado, Delalma se presentaron en sociedad – respecto a canciones me refiero – con «La cárcel de cristal» mi reacción fue de ufff, si esta gente son capaces de mantener este nivel durante todo el disco, esto promete y mucho. Pues bien, llega el momento y la verdad es que si que lo han conseguido y ¡de que manera!. Las referencias a Avalanch son inevitables principalmente por la voz de Ramón Lange que dio muchísima personalidad a la banda de Alberto Rionda. También porque Avalanch ha marcado una época tanto en su vertiente más power al principio como con sus idas hacia otros terrenos que no todos los fans entendieron pero que a mi me resultan fascinantes.
Se mueven con comodidad y excelencia entre las canciones más potentes y los medios tiempos aprovechando ese feeling capaz de desprender en la voz de Lange y un Seoane que muestra muy buenas maneras durante toda la grabación, desplegando magia sin caer en el exceso -escucha «La última noche» – de un protagonismo exacerbado. Delalma se han marcado un gran disco que entronca seguramente con un sonido que atrajo la atención de los fans del heavy metal hace ya bastantes años para volver a revitalizarlo. Un gran trabajo del que tengo bastante interés en poder comprobar como suena en directo.
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