La idea de “la nueva carne” ha sido una de las premisas fundamentales en la carrera de David Cronenberg, basada en que hay aspectos mentales que pueden modificar el cuerpo humano. Ya desde sus primeros trabajos como “Vinieron de dentro de…”, “Rabia”, “Scanners” o “Cromosoma 3” quedaba constancia de ese postulado que llegó al paroxismo en joyas como “Videodrome” o “Crash”. De hecho, hay unos cuantos paralelismos entre el último largometraje citado y esta “Crímenes del futuro”, con la que el veterano director canadiense parece quererse acercar a esa primera etapa tras epatar con su extraordinario díptico “Una historia de violencia” y “promesas del este” e ir perdiendo, paulatinamente, su prestigio como autor mayor con las más intrascendentes “Un método peligroso”, “Cosmópolis” y “map to the stars”.
Para ello, Cronenberg se embarca en un arriesgado proyecto con vocación de trasgresión y escándalo. “Crímenes del futuro” es una cinta complicada de ver que se puede resumir en la frase que dicta uno de los personajes al hablar de la cirugía como el nuevo sexo. Ese eros y tanatos unidos en un mundo donde el dolor se convierte en placer, como sucedía con los cenobitas de “Hellraiser”. Un futuro donde existen tipos que gracias a las nuevas tecnologías consiguen mutaciones en su cuerpo para exhibirlas como arte de vanguardia. A partir de ahí se nos ofrece un caleidoscopio de imágenes algo incómodas pero con el innegable sello de Cronenberg que busca provocar al espectador pero sin que podamos despegar los ojos de la pantalla. Algo que consiguen otros realizadores con los que se puede emparentar el creador de “Existenz” como David Lynch, alguien con otra obra original, extraña e hipnótica.
En el reparto vuelve a contar como estrella con Viggo Mortensen, acompañado de Léa Seydoux y en papeles secundarios Kristen Stewart y el menos conocido Scott Speedman. Un reparto adecuado potenciado por la banda sonora de Howard Shore, músico de confianza en toda la trayectoria de Cronenberg, ya que lleva realizando sus “scores” desde “Cromosoma 3” (con la salvedad de “La zona muerta” que compuso Michael Kamen). Quizás lo más flojo de la historia sea el guion que en más de un pasaje tiene ciertas lagunas pero que Cronenberg supedita al poder visual y al cadencioso pero eficaz ritmo narrativo.
Alegra ver de vuelta a un realizador tan importante dentro del cine fantástico y de terror aunque “Crímenes del futuro” no sea de sus mejores trabajos y quede lejos de sus mejores largometrajes. Aun así es un filme interesante y una vuelta a un pasado que fue brillante para el canadiense. Cualquier tiempo pasado fue mejor aunque con la capacidad de reinventarse del responsable de obras maestras como “Inseparables” se puede esperar lo mejor en el futuro. El tiempo lo dirá pero mientras tanto podemos disfrutar con cada estreno de este tótem del séptimo arte. Alguien que sin duda merece pasar a la historia del cine contemporáneo. Un clásico vivo.
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