Nikki Hill es una de esas artistas privilegiadas a cuya voz de oro se suma una presencia escénica arrolladora. Lo vivido ayer en la sala Rock&Blues Café de Zaragoza fue simplemente abrasador. Lo digo no sólo por el calor sofocante del día, sino por el merecido llenazo que presentaba la sala y por la pasión que mostraron los músicos sobre el escenario. Da igual el calor que hizo, Nikki Hll y su banda (dos guitarristas, bajo y batería), comandada por su marido el guitarrista Max Hill, lo dieron todo. Salieron a no dejar prisioneros a base de salvaje rock’n’roll. Sus ultimas creaciones han dejado de lado su rhythm’n’blues inicial para virar más hacia el rock y eso hizo que la noche fuera todavía más tórrida.
Qué manera de tocar e interpretar sus temas, oiga. Qué pasión y qué profesionalidad sobre un escenario. Y qué manera de disfrutar tanto en el escenario como en la audiencia. Se notaba que la compenetración y complejidad entre la banda era máxima provocando que el buen rollo se extendiera hacia el respetable. Lo cierto es que la sala se convirtió en una fiesta. Por momentos me pareció estar viendo a Ike & Tina Turner. Del repertorio no puedo poner ninguna pega. Nos ofreció lo más granado de sus 3 LPs hasta la fecha «Here’s Nikki Hill», «Heavy Hearts, Hard Fists» y «Feline Roots» y hubo hueco para unos potentes temas nuevos.
A este torbellino llamado Nikki Hill le quedan unos cuantos conciertos por nuestro país, no te la pierdas.
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