Muchos son los que señalan 1991 como el último gran año del rock. Larga sería la discusión y en esta casa preferimos mantenerla con unas cervezas en frente. Pero lo que sí defendemos es que 1992, hace treinta años ya, tres décadas después, también nos dejo un puñado de discos que se han convertido en clásicos y referencias para ya varias generaciones. Desde Rock The Best Music, de mano de nuestros redactores vamos a recordar algunos de aquellos discos. Sin valorar cuál fue mejor o peor, solo esos cinco que uno tiene, por las razones que sea, grabado a fuego.
- Pantera – Vulgar display of Power. La salida del Black Album de Metallica hizo comprender a Pantera, que el cetro del metal quedaba libre y se lanzaron a por él con los labios sedientos de sangre y todo el talento que eran capaces de poseer. Un disco que treinta años después sigue siendo una concisa sucesión de golpes que te deja K.O. pero al que vuelves por otra segunda ronda. Una demostración de poder nada vulgar.
- Stone Temple Pilots – Core. Seguramente junto a «Ten», mi debut preferido de todo aquello que vino de Seattle y creo una catarsis en el mundo del Rock And Roll. Un derroche de potencia donde las guitarras mandan de manera convencida y un vocalista en ese estado de gracia que solo poseen aquellos tocados por esta.
- Body Count – Body Count. Ice-T decidió que los negros también sabían hacer heavy metal y de qué manera. Con los acertados y reforzados riffs de Ernie C., unieron de forma natural dos mundos que ya por obra y gracia de Anthrax no nos parecían tan antagónicos, Body Count presentaron en sociedad un lección de violencia que iba mucho más allá de la algarabía formada por la canción «Cop Killer» que tuvieron que retirar del disco.
- Lagartija Nick – Inercia. Afirmaba Erik Jiménez que en aquellos días escuchaban mucho a Sepultura, y desconozco la influencia que los brasileños desempeñaron finalmente en la composición de las canciones de este «Inercia» pero lo cierto es que Lagartija Nick abrió gas al máximo y desprendió de sus composiciones una rocosidad que sigue ganando aún más con cada escucha a este disco, que carece de cualquier fisura.
- Suicidal Tendencies – The Art of Rebellion. Los de Mike Muir seguían inmersos en esa travesía que los había llevado de su inicial hardcore pasando por su afinidad entre las huestes del metal hasta predecir los giros sonoros que el rock más duro y potente se iba a encontrar en esa encrucijada de mitad de los 90. Otros se llevaron la gloria, pero los cimientos están en este «The Art of Rebellion»
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