Ya asentados dentro del metal gótico, alejados del “black metal” de antaño, los Theatres des vampires es una “rara avis” en el panorama oscuro. Célebres en su ambiente pero cuyos trabajos se espacian cada vez más en el tiempo pues su anterior “Candyland” es del 2016 y “Moonlight waltz” tiene diez años.
En este “In nomine sanguinis” ceden el total protagonismo a su vocalista Sonya Scarlet en diez temas que transitan entre las letras vampíricas y un estilo entre metal y pop gótico con toques de electro que comienza con las interesantes orquestaciones de “Death in Venice” para un corte interesante y movido, casi discotequero en su largo estribillo que contrasta con el tono lento del puente y el punteo central. Siguen con “Endless darkness” donde se demuestra la buena base rítmica que conforman Gabriel Valerio y Zimon Lijoi a la batería y al bajo en una canción de corte industrial. “Christina” se acerca más al rock, sobre todo en la guitarra de Flavio Gianello que envuelve la voz de Sonya Scarlet. Todos los ecos de las bandas del mismo tenor con vocalista femenina se reafirman con “The bride of Corinth”, un medio tiempo con riff contundente y cambio de voces aunque los italianos prescindan del celebérrimo “Bella y Bestia” dando más importancia a los sintetizadores imitando orquestaciones y otros elementos de producción que otorgan ese sonido característico que fluctúa entre el gótico vampírico y la electrónica.
“Lady Bathory” es otro tema que juega con la maldad del personaje y que Sonya Scarlet interpreta en una dualidad entre lo terrorífico y lo operístico, diferenciándose en la dulce melodía de “My cold heart” que se inicia a ritmo de balada para pasar a un precioso medio tiempo y que mantiene el buen tono medio del álbum (aunque esta un punto por encima). Más clásico es el homónimo “In nomine sanguinis” cuya principal novedad es el coro del estribillo y que nos acerca poco a poco al final de los poco más de cuarenta minutos de duración del Lp con “Golden cage” que mantiene las constantes de sintetizadores, riifs contundentes aunque la voz de la Scarlet suene algo más grave en las estrofas para pasar a más melodioso en el estribillo (que como casi todos en “In nomine sanguinis” es bastante largo) conduciéndonos a los lentos primeros acordes de “The void inside”, en la onda del synth pop ochentero, lo que marca una diferencia sustancial con el resto del trabajo. Una sorpresa final que, sin embargo, no es la última pues “Till the last drop of blood” no es sino una reinterpretación de una de sus antiguas composiciones cuando se dedicaban al black metal aunque pasada por el matiz actual.
Disco que no decepcionará a los seguidores de los transalpinos ni de los amantes del pop- metal gótico. No inventan nada pero en conjunto este “In nomine sanguinis” funciona con momentos brillantes como “Death in Venice”, “My cold heart” e, incluso, “The void inside” manteniendo esa oscuridad en las voces y melodías que enarbolan en la portada donde vemos a una Scarlet vamiresa, tras alimentarse, con la sangre cayendo con su boca en un ceremonial donde enarbola una calavera y ataviada con un casco ancestral con cuernos.
0 comentarios