Desde aquel lejano 1981 en el que Depeche Mode publicaron su primer trabajo, Dave Gahan tuvo claro quería ser una estrella de rock. Lamentablemente para él, sus compañeros de banda era más fans de Kraftwerk que de Led Zeppelin. Poco a poco Gahan mejoró sensiblemente como cantante. De su nasal voz de adolescente pasó a tener una de las voces más reconocibles dentro del rock. Sí, señores, Depeche mode acabaron facturando rock, aunque fuera con sintetizadores. Quizás un género se defina más por la actitud que por el sonido en sí. Pero Depeche Mode han entrado en otro periodo de barbecho (su decepcionante último LP Spirit es de 2017) y Gahan ha vuelto a hacerse acompañar de su colegas de Soulsavers (Rich Machin e Ian Glover) para parir este disco de versiones llamado Imposter que llega tras The Light The Dead See (2012) y Angels & Goshts (2015).
Imposter es un crisol de canciones de orígenes de lo más variado. Como si de un impostor se tratara, Gahan ha hecho suyas estas canciones. Todo en este disco está puesto a su servicio y para su lucimiento. A sus casi 60 años Gahan tiene poco ya que demostrar y este LP se me antoja más un capricho o un pasatiempo que un sesudo nuevo trabajo. Lo cual no quiere decir que no haya sido gestado con sumo mimo y cuidado. Todo lo contrario. Imposter impresiona ya desde la elección de los temas. Gahan y Soulsavers han elegidos canciones de muy distinto pelaje, en las que Gahan se sintiera cómodo y, sobretodo, tuviera algo que aportar. Gahan las siente suyas y las interpreta a su manera, aportando elegancia y sensibilidad a partes iguales. Imposter busca un acomodo más orgánico para la voz de Gahan en registros como el blues, el soul o el country con toques gospel. Lógico si pensamos que estamos ante temas que hablan de pecadores arrepentidos, amores perdidos y tiempos pasados.
Imposter se abre con The Dark End Of The Street, un tema de 1965 compuesto por Chips Moman & Dan Penn y que ya conoció versiones de Aretha Franklin, Percy Sledge, Dolly Parton, Ry Cooder, Linda Ronstadt o Elvis Costello. Casi nada. Un precioso tema que fusiona blues, el country y góspel. El siguiente tema, Strange Religion, Gahan canta de manera mucho menos rota y apasionada que Mark Lanegan, dando un enfoque más sentido a la canción. Seguidamente entramos con Lilac Wine, canción original de James Shelton en 1950 y popularizada en diferentes tiempos por Nina Simone, Jeff Buckley, Imelda May y Miley Cyrus. Un tema cálido, suave realmente hermoso que nos descubre un Gahan muy distinto a lo que habíamos oído hasta ahora, tomando su voz un protagonismo casi total. Por fin la cosa se pone ruidosa en I Held My Baby Last Night (el original de Jules Bihari & Elmore James es de 1952), un blues distorsionado y salvaje en el que Gahan se desmelena a gusto. Sinceramente, prefiero la versión de Fleetwood Mac de su sensacional Mr. Wonderful, aunque solo sea por la guitarra de Peter Green.
A Man Needs A Maid es una delicia y mi favorita del lote, compuesta por Neil Young en 1972 para su Harvest. La interpretación de Gahan y los arreglos de piano le hacen ganar enteros frente al original. Metal Heart (Cat Power, 1998) me pilla algo cansado, demasiada baladita. Por suerte la cosa se anima y va creciendo en intensidad hasta llegar a un clímax fantástico con guitarras explosivas y voces celestiales. Shut Me Down, otro bonito tema que sorprende por la forma de cantarla de Gahan como si fuera un crooner recién salido de las llamas del infierno. La original fue compuesta en 2009 por Rowland S. Howard de The Queen Of The Stone Age.
La country Where My Love Lies Asleep (Gene Clark, 1971) es otra muestra del saber hacer. Llegamos a la auténtica sorpresa del repertorio: Smile de Charles Chaplin, John Turner & Geoffrey Parsons (1954) ya fue versionada por Nat King Cole, Sammy Davis Jr., Judy Garland, casi nada. A base de un piano y un bajo, nos retrotrae a ese sonido añejo de los clubs de los años 50 con resultado más de notable. Quizás sea la que más me gusta. En Desperate Kingdom Of Love (PJ Harvey, 2004) nos encontramos con el Gahan que ya conocemos en un registro mucho más cercano a su habitual en un tema que podría pasar por los Depeche Mode más rockeros.
Not Dark Yet, la inevitable cover de Bob Dylan es esta vez un tema bastante reciente (Time Out of Mind de 1997). Una vez más se demuestra que Dylan es un gran compositor pero sus canciones mejoran cuando las interpreta otro. Desde luego, Gahan homenajea a sus ídolos. Tras Dylan le toca el turno a Elvis. Para cerrar se atreve con Always On My Mind, el tema original de John Lee Christopher Jr., Mark James & Wayne Thompson (1972) que Elvis convirtió en éxito, aunque yo prefiero la festiva versión de Pet Shop Boys (ahora ya podéis quemarme en una hoguera). Gahan le devuelve al tema toda la solemnidad que esta desesperada declaración de amor se merece.
No es Imposter un disco fácil ni que guste a la primera escucha, ni siquiera para los amantes de los pasajes más oscuros y/o pausados de Depeche mode. Imposter requiere un esfuerzo del oyente para ir descubriendo matices en las sucesivas escuchas, esfuerzo que se ve recompensado con creces.
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