Siempre es un placer visitar Madrid, reencontrarse con los amigos, pasear por sus calles y poder disfrutar de su amplia oferta de conciertos. Así que tras dar buena cuenta de algunas de las referencias cerveceras que ofrece el mítico “El Boliche” que con tan buena y experta mano dirige Ricardo Barragán, desde hace más de treinta años, en la calle Concordia de Vallecas proseguimos nuestra marcha al cercano barrio de Moratalaz donde se sitúa la Sala Silikona. Al ir con tiempo pudimos hacer un previo por la cercana zona de las lonjas, a las que hace años que no íbamos y que siguen igual que siempre, con multitud de bares, pubs, discotecas y sitios de restauración. Cambian los nombres pero no la filosofía.
Y siguiendo esa estela de lugares con solera e historia, la Silikona es otro de ellos. Discoteca multiusos que lleva allí toda una vida aunque ha sido reformada parcialmente permitiendo que casi todo el público pueda ver los conciertos sin problema de visión. Para el excelente programa doble que The Fish Factory nos ofrecía se congregaron unas ochenta personas que disfrutaron con las evoluciones de dos bandas al alza como son Torque y Leather Boys, sonando ambas como un “cañón” por lo que hay que felicitar a los técnicos de sonido que supieron dar el punto que necesitaban ambos combos. Antes de empezar a comentar las evoluciones de las dos formaciones, debemos confesar que esta reseña está escrita a seis manos pues nos encontrábamos allí tres redactores de Rockthebestmusic y viendo el alto nivel ofrecido decidimos que nos gustaría firmar los tres como reconocimiento a las bandas.
Los primeros en aparecer fueron los leoneses Torque, a los que teníamos ganar de ver después de leer la extraordinaria reseña de Carlos Tizón en este medio. Llegaban para presentar su primer “The deep between two souls” (seguro que se encontrará en mi lista con lo mejor del año) y tras su hora y cuarto de actuación conquistaron a los presentes con su hard rock melódico con toques de A.O.R. que nos conducen a épocas pasadas, desde los Scorpions a Bon Jovi, pasando por Journey. Canciones bien compuestas que transitan entre el lirismo y la nostalgia pero bien cimentadas por una banda de muchos quilates, con una base rítmica de altura con la poderosa pegada de Miriam Torque (fantástico descubrimiento) y el bajo de Atractivo Hernández, los teclados de John C. Bramley, las seis cuerdas de Ion Andrés y los coros de Marian T. Pazo, dejando el protagonismo a la voz de Pedro Torque, un experimentado cantante con un tono de voz perfecto para lo que propone el combo leonés.
Comenzaron su andadura por la Silikona de forma demoledora con “Straight to your heart”, “Here I am” y “I wander”, enlazando esta última con el “In these arms” de Bon Jovi. Una solución inteligente esta de presentarnos el disco, “salpimentando” la actuación con algunas versiones. Tras el homenaje a su amiga fallecida con “Emma” volvían a la carga con una interesante reinterpretación del “Dance macabre” de Ghost, tan bien ejecutada como ese himno que es “Don’t stop believin’” de Journey, tocada tras “The neighbor”. La “traca final” llegaba con “My addiction”, la bonita balada “One more night”, “Sword of the Stone” con el acompañamiento a la voz de Leather Rose (divertido el contraste entre los dos vocalistas, uno melódico y otro más “macarra”), “We are one” y “Bye bye” para finalizar un concierto de mucho peso. Y sin más cedo el testigo a Sergio Bixo para contar lo acontecido con Leather Boys.
“Jodidos” chicos de cuero, después de sacar uno de los discos mas destacados del 2020, por fin, bajan a la meseta a presentar su último trabajo “Born to the Seventies”
Con el estupendo “sabor de boca” que nos dejó Torque, grupo que aun no siendo de mi estilo es de reconocer a los leoneses que hicieron un magistral y sobresaliente concierto ganándonos a todos los presentes y seguramente será uno de esos grupos que cuando toquen cerca, se apuntará en la agenda.
Con los Leather Boys ya en el escenario poniendo a tono sus instrumentos, probando la paciencia de los técnicos de sonido y con la música de fondo de Guns and Roses que incitaba a tomarse una cerveza, sonó uno de esos temas icónicos de Thin Lizzy como es el “The Boys Are Back in Town”, un bonito homenaje a los seis “eternos” años que los Chicos de Cuero astures no se subían por las tablas en la ciudad capitalina.
En el concierto fueron escalonando su nuevo trabajo, prácticamente en el orden de canciones del disco, pero lo que si se agradece a cualquier grupo es la actitud y en eso los asturianos son insuperables, les da igual donde toquen, ellos son macarras, llevan el sleazy en vena y maman de ese punk rock garajero nórdico, que casi lo hacen suyo como si hubiese nacido ese estilo en la cuenca minera asturiana y en cualquier espectáculo suyo. Un gusto para que sus seguidores los deseen ver sin parar, como si de un bucle se tratase.
Con un Leather Sex “sembrado”, se dio el pistoletazo de salida con una verborrea diarréica soltando “caramelos” a la libertad de Ayuso, políticos en general y cualquier cosa políticamente incorrecta que se le pasaba por esa cabeza “perturbada”, idónea para que los ofendiditos se miraran entre ellos antes de terminar llamando “pijos” a los Nikis (Los Ramones de Algete) y hacer algo muy complicado como es quitarle el protagonismo al magnifico Frontman que es Leather Rose, pero en noches como la del sábado, se agradece esa espontaneidad.
Con “Rebirth”, “Born In The Seventies”, “Underground” y “Don’t Cheat On Me”, decidieron abrir el concierto antes del primer parón para saludar al personal, soltar otra vez la correa a “Sex” para que hiciera un bonito homenaje a Hank Von Hell (cantante icónico de Turbonegro fallecido la noche anterior) bajo los acordes del “I Got Erection” y volviendo a dejar “perlas” para que se volviesen a mirar los ofendiditos, continuando con su “droga musical” como es “Aphrodisiac Grape”, que dejó a más de uno excitado , continuando con su balada (si se puede llamar así) como es “Fly Free” y haciéndonos gritar el nombre de Luis Herrero el “Lemmy Kilmister de la cuenca minera asturiana” y padre del guitarrista perturbado Leather Sex, como homenaje a todos los fallecidos por covid, es de agradecer que en estos momentos se utilice el humor para estos fines.
Con el primer y único tema de su anterior EP, continuaron con “Decade Of Decadence”, volvieron otra vez a su ultimo disco con las canciones “Stranded” y “Scabs”, para devolver la colaboracion y subir al escenario a dos miembros de Torque, su cantante y su pianista como son Pedro y John C. Bramley para acompañar esos toques de música de salón western que tan magníficamente plasmó en el disco Frank Suz en el tema “Sixes & Sevens” y cerrar el concierto con “St Mary’s Dance” y “To The Curb” , antes de regalarnos 2 temas mas de sus inicios como fueron” Leather Gunners” y “R&R Blowjob”, para cerrar una noche donde los asistentes quedamos encantados con dos grupos completamente opuestos en discos de estudio, pero perfectamente compenetrados y con mas similitudes de las esperadas, que fue toda una sorpresa y un acierto para los organizadores TFF On Tour.
No quería cerrar sin un tirón de orejas, a todos esos” Glory Hunters” que ya tendrán sus entradas para Maiden, Metallica, ect.. (a 100 € el espectáculo) que se llevan quejando y aguantando sus quejas toda la pandemia sobre sus deseos para que volviesen los conciertos y festivales sin limitaciones y volver a la normalidad y ahora que ya podéis salir de casa, siguen sin llenar las salas, con excusas como que dos grupos a 12€ es muy caro, aun cuando vengan de León y Avilés.
Texto: Sergio Bixo y Jose Luis Díez
Fotografía: David Galeote
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