Nic Pizzolatto saltó a la palestra cinéfila con el excelente guion de la primera temporada de “True detective”, una absoluta obra maestra de la televisión que tuvo una continuación interesante, a pesar de ser injustamente vapuleada por un sector de la crítica, y una tercera entrega que mantenía el tono. Trabajos notables pero que no conseguían igualar la excelencia de las aventuras de Woody Harrelson y Mathew Mc Conaghuey.
Si bien el éxito de Pizzolatto se ha cimentado en el campo de la televisión y la literatura en formato largometraje nunca ha logrado un título que le consagre, si bien su trayectoria en pantalla grande es bastante escasa. Con “Culpable”, de la mano de Netflix, intenta reverdecer esos laureles aunque visto el resultado no parece que vaya a trascender.
Nic Pizzolatto adapta la cinta danesa del mismo nombre aunque en esta ocasión se varíen algunas situaciones y, sobre todo, el final bastante más optimista que en el largometraje de Gustav Möller. Seguimos teniendo a un agente de policía derivado al turno de emergencias por una grave negligencia. En una noche recibe la llamada de una aterrada mujer que parece haber sido secuestrada. El oficial intentará desentrañar el caso intentando redimir el error que le ha llevado a esa situación. Un guion en una sola localización, bien llevado en una hora y media que se ve con agrado, con momentos de calidad y una tensión que tiñe todo el metraje aunque algo irregular. En este caso, el contar como únicos escenarios la sala principal y una adyacente de la central de emergencias juega a su favor y en su contra según el momento. Aun así el “libreto” tiene ritmo y demuestra el buen hacer de Pizzolatto.
En este tipo de películas depende mucho de lo creíble que resulte el prácticamente único personaje protagonista, un Jake Gyllenhall que como el tono medio también acaba resultando irregular, alternando momentos excesivamente histriónicos con otros de enorme fuerza expresiva. Su realizador Antonione Fuqua parece dejarle rienda suelta a su interpretación preocupado por una puesta en escena que juega con los colores sombríos como metáfora del estado de ánimo del derrotado policía y de las horas nocturnas donde se sitúa la historia.
Un Fuqua que ha gozado de cierto prestigio en producciones de holgado presupuesto, en numerosas oportunidades con Denzel Washington de “actor fetiche” en éxitos como “Día de entrenamiento”, las dos partes de “The equalizer” o el fracaso del “remake” de “Los siete magníficos”. Quizás por ello, se había recluido en los últimos años en el documental aunque en este 2021 vuelve con dos títulos. Este que nos ocupa y la muy inferior “Infinite”, una imposible ciencia ficción con Mark Wahlberg y Chiwetel Ejlofor.
Comparado con “Infinite”, la apuesta de Fuqua le deja en mejor lugar pero “Culpable” se queda a medio camino, consiguiendo interés en varios momentos de su trama, un suspense que a pesar de no estar mal llevado está rematado de forma deficiente, con una dirección sin demasiado riesgo y permitiendo excesos en la actuación de Gyllenhaal. Una pena porque el nombre del aclamado Pizzolatto y la solvencia de Fuqua en vehículos de acción e investigaciones deberían haber podido ofrecer un mejor resultado pues “Culpable” tenía mimbres para haberse convertido en una producción notable y no en algo que consigue un aprobado justo. Eso sí, ya empiezan las películas de Netflix de cara a la temporada de premios, con nombres conocidos delante y detrás de las cámaras. “Culpable” no aspirará a ellos pero da el “pistoletazo de salida” a las cintas de mayor proyección y candidatas a todo.
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