Continuamos defendiendo nuestro producto nacional con otro soberano discazo que podría sorprender el que apareciese por estos lares en tanto en cuanto a parámetros estilísticos. Es cierto que el Southern Rock y la música más apegada al sur de Estados Unidos se pasa muy de vez en cuando por mis oídos, pero cuando lo hace es porque es garantía de éxito y placer sonoro asegurados. Los Red N’ Rebel provienen de Cornellá de Llobregat (Barcelona) y por fin han visto realizado su sueño de tener su disco debut en la calle después de cuatro años en la carretera polvorienta del classic hard rock. La banda está formada por Angel Jaraiz ‘Jay’ (vocals), Wolf Coleman (guitar), José Contreras (drums) y Raúl Martín (bass) y editaron su criatura el pasado julio bajo el nombre de One Last Chance (2020), sólo te queda ‘saltar’ y ‘sentir el Sur desde el Noreste’…
No hay mejor manera de empezar esto que con un sentido y apasionado homenaje a la desaparecida sala Rocksound barcelonesa…
Comienzo esta reseña con una satisfacción absoluta, es un discazo de tomo y lomo, que parece venido de las pantanosas superficies de Alabama, Nueva Orleans o Atlanta… ¡pero no!, esto viene de nuestro país y suena expontánea y genuinamente a southern rock yankee de escuela Allman/Skynyrd. «One Last Chance» abre con una ‘intro’ de piano y armónica que prepara el terreno hasta que en segundos te explota en la cara este primer trallazo. «Rocksound» suena a Stones en armónicas pero el trabajo instrumental de guitarras y base rítmica es arrollador. «At The Crossroads» es un tema antiguo rescatado para la ocasión, una jodida locomotora. «Scars» tiene otra ‘intro’ campestre para volver a demostrar poder sureño y cierto cariz Tito & Tarantula más tarde. Otra demostración de clase con esos solos de Wolf Coleman. Nos ponemos hipnóticos y contemplativos con la aridez desértica de «Absence» que muta en electricidad southern en un tema redondo y de explosivo final. «God Bless» mete buen rollo lo cojas por donde lo cojas, quizás su tema más Allman del conjunto y con otro trabajo enorme de armónica y teclados. «Should Be A Law» es otro rescate necesario que tenía que estar aquí pues tiene un estribillo impresionante. «So Alone» ofrece feelin’ y potencia a raudales, un trallazo cercano a la pegada de los Hogjaw con instantes psicodelia de por medio y, de nuevo, unos punteos para quitar el hipo en el crescendo instrumental final. Los dos temas que cierran el disco se disfrutan con más relajo, «Roots» te desvela los secretos de la música sureña a pequeños tragos y «Family First» mete acústicas y verdes praderas en familia para cerrar un trabajo redondo que te aconsejo ya mismo que te pongas en la oreja. Te vas a sorprender por su autenticidad y honestidad.
0 comentarios