La directora Emerald Fennell se estrena por todo lo alto con Una joven prometedora (Promising Young Woman). Nada menos que 5 candidaturas a los Oscar de Hollywood, incluyendo película y director. Ya sabemos que Hollywood intenta en los últimos años remediar décadas de injusticia premiando a personas de color aunque no se lo merezcan. Y este año parece que la cosa va de premiar a mujeres sí o sí. Hollywood es así, los premios son suyos y se los dan a quien les da la gana. Nada que objetar. Pero nominaciones como la de Black Panther a mejor película me siguen doliendo en mi alma de cinéfilo. No es que Una joven prometedora sea una mala película, pero si no fuera por la coincidencia en el tiempo con el movimiento mee too no hubiera recibido ninguna nominación. Nunca es tarde si la dicha es buena, dicen, pero Hollywood es demasiado hipócrita en ese sentido. No se puede pasar del machismo más rancio al feminismo más militante en 5 minutos e intentar resultar creíble.
Debo admitir que el guión de Emerald Fennell para Una joven prometedora no está nada mal, como el de otras muchas películas no escritas por mujeres. Fennell no ha inventado nada nuevo pero me agradó mucho ese tono de fina comedia negra. Sus giros de guión y sus diálogos me resultaron muy estimulantes. Reconozco que no me aburrí en ningún momento. La forma de rodar de Emerald Fennell no deja de ser una copia de otras muchas películas películas pero muestra a veces una mirada distinta. Puede que sea ese toque femenino del que el cine está francamente necesitado. Eso sí, los fallos de racord me resultaron imperdonables aunque sea una directora novel. Me refiero a que en un plano los dos personajes tiene las manos cogida y luego las tiene separadas para, al cambia de plano nuevamente, las vuelven a tener cogidas. Desde luego, el montaje y la dirección no merecen la nominación al Oscar.
Una joven prometedora podría haber sido un drama de cuidado o un film de acción a lo Kill Bill. Pero no. Busca su propio camino. Puede que sea un camino que a muchos no guste o indigne a quienes niegan que una mujer borracha tenga derecho a llegar a casa sana y salva, pero a mí me pareció valiente. Y de valentía el cine, como casi todas las cosas, anda muy necesitado últimamente. Así pues, Emerald Fennell es una escritora y directora más valiente que talentosa.
Como toda primera película, Una joven prometedora bebe de otros films. En este caso de films sobre mujeres en busca de venganza como La novia vestía de negro o la citada Kill Bill, aunque creo que su mayor influencia pueden ser las películas de venganza coreanas como Sympathy for lady Vengeance. Esa manera de calcular fríamente una venganza sin importar lo que cueste me recordó al cine coreano. Más allá de eso, Una joven prometedora se deja ver y entretiene mientras deja caer una acertada crítica a las actitudes machistas de la sociedad actual. Me gustó Carey Mulligan y su cambio de registro (de mosquita muerta a mujer fatal).
0 comentarios