
Ahora que se acerca, por fin, el esperado estreno de TENET, creo que es un buen momento para recordar el primer film del gran
Christopher Nolan. Nolan empezó su carrera como director con esta singular película sobre un aburrido escritor que sigue a personas anónimas en busca de ideas para sus libros. La cosa se complicará bastante cuando uno de sus objetivos se da cuenta de que le siguen. Si otro grande del cine moderno como
Darren Aronofsky dejó claras en
Pi las claves de su cine posterior,
Christopher Nolan hizo lo propio con su ópera prima.
Following sólo tiene 4 actores con frase y está rodada con muy pocos medios y en blanco y negro, pero aún así Nolan logra que el film se vea con el suficiente interés. El guión tiene una compleja estructura narrativa formada por continuos saltos en el tiempo, adelante y atrás. Algo que su autor desarrollaría hasta sus últimas consecuencias en
Memento, pero que aquí ya nos mantiene clavados a la silla durante sus escasos 70 minutos.
Nolan logra que sepamos en todo momento en qué punto de la historia estamos gracias a precisos detalles. Un corte de pelo, un traje o una cara apaleada nos indican en qué momento de la historia estamos, detalles que nos obligan a estar atentos para no perdernos. Los amantes de las historias lineales están avisados. Veremos alternativamente al protagonista con distinta apariencia pero no sabemos qué ha provocado el cambio. Le veremos rebuscar en un cajón en busca de algo que aún no nos han mostrado, le vemos robar una caja fuerte sin saber qué busca y le vemos apaleado pero no sabemos por quién ni el motivo. Toda esta información nos la va dando un elaborado guión en el que nada es lo que parece. Los continuos saltos en el tiempo (todo el film es en sí un flashback) hacen al espectador desear saber qué está provocando los cambios entre uno y otro momento, algo que Nolan perfeccionó posteriormente en Memento o El truco final.
A Following le resta bastantes enteros el escaso presupuesto (poco más de 6.000 euros), la poca experiencia de los actores y el estilo amateur/independiente heredado de todo lo anterior. Nolan rodó la película con amigos de universidad como actores durante los fines de semana de un año entero. Nada que ver con los rodajes con cientos de millones de dólares y estrellas de primer nivel de El caballero oscuro, Interstellar o Inception.

Desde luego,
Following no es su mejor obra, pero es el interesante inicio de la carrera de uno de los mejores directores del momento.
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