Y pensar que todo esto empezó porque hubo unos cuantos músicos negros que aceleraron el tempo del blues o del soul, gente como Fats Domino, Johnny Ace o Little Richard, o porque a cuatro chavalines de Liverpool con cara de pillines les dio por hacer cosas raras con sus instrumentos. El rock&roll y todas sus subetiquetas se ha normalizado tanto, lo hemos asimilado culturalmente de una forma tan natural que damos subconscientemente por hecho que ha existido desde siempre y perdurará para siempre. Poder contrastar a una banda como Látigo Mantra con el I wanna hold your hand, de los Beatles nos rasca, como un engranaje fuera de su sitio. Ha evolucionado tanto que no suena ni parecido, pero cuando analizas las tripas de los temas, se ven ciertas estructuras en el tuétano. Ozzy Osbourne es el mayor fan de los Beatles del mundo, compara Paranoid con Drive my car. En resumen: ¡hey tíos, viva el rock! Un, dos, tres… ¡Látigo!

 

[divider]LÁTIGO MANTRA[/divider]

 

Dispuesto a renunciar. Los primeros acordes son un poco ramonianos. Parece que va a salir Joey cantando What a wonderful world. Una vez que entran todos los instrumentos, hay una mezcla: la batería a lo Incubus, el bajo a lo The Strokes, y la guitarra de Johnny Ramone, la parte vocal es como si estuvieran en otra sala, como aquellas primeras maquetas de Kortatu. No debería cuajar, pero funciona. El rasgueo acaba convirtiéndose en el eje de un proyectil, pero con cierto toque de psicodelia. Un poco de locura con potencia.

 

 

Autocombustión. Esa guitarra parece ser la marca de la casa. Una batería algo atípica —quiero decir que no se limita al bombo-caja, si no que mete cambios de ritmo—, un bajo potente y una guitarra que es pura energía, power psichodelic rock (pongo las etiquetas que me da la gana). La voz sin embargo tiene un toque grunge, a lo Sliver, de Nirvana.

 

 

In Fausto. Esto suena a A Forest, de largo lo mejor que ha dado The Cure. Sin embargo, al arrancar, tiene un rollo Deftones, pero con una voz casi punki. Será una cosa mía, pero me suena a la vez a Iván Ferreiro en Vidas cruzadas y a Agua Bendita, un grupo punki ochentero con mucha influencia de Ilegales. Es curioso, en todas las canciones hay un puente, un pequeño lapso donde esa atmósfera oscura se convierte en energía, en fuerza, en locura…

Supura. El comienzo tiene un aire a Horizontes, de Messura, aunque deriva a ese sonido Audioslave-Soundgarden. Pero le sigo viendo esa especie de languidecimiento a lo Deftones, que es como si la canción rodase colina abajo, más que lanzarse con fuerza. Aunque siempre acaban por regatearnos a media canción, en ese momento Foo Fighters en The best of you, cuando Grohl berrea. Tienen siempre ese momento para romper la mesa de un cabezazo, que acaba derivando a una especie de tramo de balada para volver a su universo sombrío.

 

 

Nada de nada. Cuando entra la batería, estoy pensando en Chico nuevo, de Dr. Trotski, pero la guitarra tira un riff maniaco que se pega como la tos ferina. Tienen cierto aire, salvando las enormes distancias, con The Smashing Pumpkins. ¡Eso es! La voz me suena a Billy Corgan. Esta es más rabiosa, como Zero.

Escalofrío. Suena a Jesus Christ Pose, de los Soungarden. De esas canciones como pasaba a veces con Nirvana, chorro de fuerza tremendo. Es cierto que la voz suena más a Corgan que a Chris Cornell, pero el tono de voz con la locura de la batería, los trallazos del bajo y el rollo Tom Morello de la guitarra, encajan muy bien.

Ángulos y aristas. Empieza como si fuera un bluesman probando antes de una jam. Un badass como R. L. Burnside o John Lee Hooker a punto de arrancarse a cantar, pero, cuando realmente arranca, tiene un aura más grunge, post rock… como Black hole sun, de Audioslave, pero con un tempo algo más acelerado. Al final se van acercando poco a poco a Mmm Mmm Mmm Mmm (apuntad bien la letra), de Crash Test Dummies.

 

 

Animadversión. Estoy pensando en Saliva, en el Fuck off you, en Espectro Lobo en su adelantado Dije… tienen un aire punk, bajo a lo Ilegales, batería a lo M.C.D., pero derivan a lo Dover en dj. Canelita en rama, mezcla de muchos estilos, y mucha energía.

Al sur. Esta tira más a nu metal, a Staind en Open your eyes, o a Deftones en Be Quiet And Drive (Far Away), aunque con un aura a Amour, amor, de Rammstein. Curioso el parecido con los alemanes, porque es un mero espejismo en las estrofas de esta canción, una coincidencia puntual, un eclipse.

 

 

Casualidad. Parece que Kurt Cobain iba a empezar a berrear al comienzo de Territorial Pissings. Arranca con una propuesta de rock. Cuando digo rock es un rock noventero ortodoxo. Ese bajo no hace prisioneros. La insistencia de la caja en la batería refuerza el estribillo, que suena como un mantra (esa expresión la usaba antes de esta banda, no es un chistaco) hasta tener un final nirvanesco.

La misma banda, el mismo disco. Tienen actitud punk, fuerza grunge, baterías a contrapié del nu metal y media docena de ingredientes más. Como hacen cambios de ritmo tan marcados, estoy seguro de su rendimiento en directo. Tienes que hartarte de saltar y hacer el cabestro, pero tienen que tener momentos de virtuosos, de disfrutar que conectas con tu propio sonido.

Para los convencidos, enlaces de la banda.

 

 

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LÁTIGO MANTRA – DISECCIÓN

by: Teodoro Balmaseda

by: Teodoro Balmaseda

Escritor de ficción y crítico desde la admiración. Si te gustan mis reseñas, prueba 'Buscando oro' en tu librería o ebook.

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