Un poquito de Hard Rock ochentero, sí, aquel con mucha laca y unas pintas de horteras que a día de hoy dan grima o risa, pero, cuidado, debajo de tan mal gusto había grandes bandas y grandes discos. Y uno de ellos fue el de David Lee Roth a quien le sobra las presentaciones, conocido como «Diamond Dave», todo buen amante de hard Rock sabe de quien estoy hablando.
En 1986 Roth publica su primer álbum titulado «Eat ‘em And Smile» con Steve Vai, Billy Sheehan y Greg Bissonette. Dave se toma el lujo de hacer una versión de «Sonrisa salvaje» en castellano. Aunque fue muy original, es un artefacto muy curioso. El sonido de David Lee Roth, junto a Steve Vai y/o con Jason Becker recordaba más a los Van Halen, que los mismísimos Van halen con Sammy Hagar.
David Lee Roth tiene alma de líder, es el típico prototipo del surfero en una fiesta permanente. Roth fue parte de la meteórica ascensión de Van Halen desde 1978 hasta 1984. Con su “Skyscraper» David perdió muchos fans, cosa que en absoluto comprendo. Habiendo escuchado de nuevo varias veces este disco, la verdad es que no he notado para nada el paso del tiempo.
Compré el disco el día de su lanzamiento y siempre ha estado entre mis favoritos de los discos de esa época. Un disco sin mal rollos, sólo música para divertirse a pleno trapo. Aquí se ve quién era el verdadero corazón y el genio creativo detrás de Van Halen. Hasta el mismísimo Eddie tuvo que admitirlo. Steve Vai esta estupendo, increíble, para mi gusto en el cenit de su maestría, tocando mucho, rápido, pero sin desembocarse por todos los lados. Para este disco Dave agregó a la banda el teclista Brett Tuggle, quizás esto fue lo que molesto al sector mas radical.
Con «Skyscraper», Roth dejó de imitar el sonido de Van Halen. Consiguiendo aquí un sonido mucho más pulido, con, una dirección más comercial, pero de gran calidad. Los críticos se lo cargaron por ser un disco «pretencioso», pero otra vez se equivocaron, y David ya no levantó cabeza. Lanzó discos como, «A Little Ain’t Enough» y «Your Filthy Little Mouth», que, si bien, no eran malos discos, carecían la magia de «Skyscraper». Van Halen encontró de nuevo el éxito con la utilización abiertamente comercial del teclado en el sonido del disco, «5150». Pero a Roth, los fanáticos no se lo perdonaron.
«Skyscraper» me encanta, me gusta, su sonido californiano, sus temas sorprendentemente variados y su estructura de gran creatividad. Melodías fuertes, pequeñas obras de orfebrería del rock como, «Just like Paradise,» que es imparable, con un gancho innegable, se te pega al cerebro y no hay manera de olvidarla. «The Bottom Line» es puro hard-rock. Maravillosa «Damn Good» y su melodía con la guitarra acústica. «Hot Dog and a Shake» contiene algunos de los mas increíbles solos de Vai, sin caer en lo cargante. «Stand Up», es otro tema imparable, un himno para corear al unísono. «Hina» es una obra maestra de 4:41 minutos épicos. «Perfect Timing,» contiene una melodía infecciosa que te impide tener los pies quietos. Diamond Dave en lo más brillante de su carrera. «Two Fools a Minute» es el David Lee Roth mas Made in Vegas. Su lado más guasón, con alta dosis de puro hard rock.
Una obra maestra y no se hable más. Si no estas de acuerdo, escúchalo otra vez y ojalá consiga el respeto que tanto se merece. Nunca es tarde para rectificar.
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