Ya con unos meses en el mercado, nos enfrentamos al nuevo trabajo de Loquillo que lleva por título “El último clásico”. Un disco que no hace más que ahondar en el sonido que lleva unos cuantos años practicando, más próximo al rock americano a lo Springsteen que a ese rock juvenil o rockabilly que le dio la celebridad hace lustros, cosa que por cierto podemos observar en el tema que abre el Lp “Los buscadores”, un homenaje a la literatura de nuestra juventud y a ese espíritu de libertad que encarna la “jolly roger”, como nadie.
Seguimos con dos cortes que funcionan como sencillos. Ese canto a uno mismo que es “Somos lo que defendemos” y “El último clásico”, donde encontramos superior a esta última, con un estribillo repetitivo y coreable. Aun así, se nota la extraordinaria banda, con esas dos afiladas guitarras que son Josu García e Igor Paskual. Con ecos en el título de la película de Zulawski llega un precioso tema “Lo importante es amar”, el primer medio tiempo. “Gafas de sol” nos descuadra un tanto, pues parece más en la onda del “indie” que del Rock & Roll, con ese sitar con el que se inicia y que parece más cerca de otro tipo de bandas.
Como si de una cara B se tratase, “los sonidos son ideas” vuelve al tono de los cuatro primeros temas, con una musicalidad y letra más reconocible en otro medio tiempo, seguido de una canción similar en ritmo como “Como un nada”, otro canto al individualismo y a la nostalgia del viaje (interior y exterior): -¿Por qué debería yo entregarme a una consigna?-. Filosofía que llega al paroxismo con “Creo en mí”, donde resuenan ecos del country de Johnny Cash en una de las mejores canciones del álbum, dejando para el final un volver al pasado con “La vampiresa del Raval”, que musicalmente es magnífica recordando, hasta, la época de “Los Trogloditas” pero con una letra que habla de todo aquel que se sigue sintiendo fuera de lugar. En este caso de Barcelona. No podemos obviar los paralelismos, acabando con otra canción que como “Gafas de sol” no parece escrita para Loquillo y que sus ritmos casi discotequeros nos descoloca como es “El resucitado”
Aun así, notable trabajo el del barcelonés, superior a “Viento del este”, aunque nos maravilló aquella “El mundo que conocimos”, con ese estribillo que rezaba “-¿Dónde está, dónde fue la Europa que ganamos. Dónde está, dónde fue la España que perdimos?-”. Nos gusta esta evolución, ese descreimiento sobre las ideas, la política (sobre todo los políticos) y ese canto a mantenerse fiel a uno mismo aunque no limitándose a ser mero espectador. Loquillo pertenece a una época anterior a esta, donde el ser se anteponía al colectivo y la reflexión a la visceralidad. Las Bellas Artes por encima de la televisión. Y eso hace que nos sintamos más cerca de sus postulados, de ese sentirse últimos clásicos. Y además con una banda soberbia y una composiciones en la línea del mejor rock and roll americano. Hay más verdad en Loquillo que en la mayoría de los grupos.
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