Dicen que el año que empieza fuerte termina fuerte. Bueno, no lo dice nadie, me lo acabo de inventar. Pero aunque me haya sumado al poco estimable oficio de confeccionar frases célebres (cuyo nicho de mercado Gandhi y Churchill tienen más que copado), viene de puta madre para lo que os voy a contar.
Resulta que los amigos de Vita Imana querían presentar Bosa en Madrid. Y, aunque ya muchos temas sonaron en el pasado Download (DEP), es cierto que un gran disco como es éste merecía su dosis de exclusividad y protagonismo.
Para ello, tuvieron el acierto de acompañarse de un par bandas que calentaron el potaje a fuego fuerte desde el primer momento. Los Montañeros de Kentucky se encargaron de dar leña (chiste gracioso para quién estuvo porque sacaron una sierra mecánica. Ja, ja, ja) nada más salir por la puerta. Moviéndose con soltura entre el thrash y el groove metal hicieron que mucha gente ya empezase a encaminar la carretera que lleva a una tortícolis dominguera. Tranquilamente podrían ser los Machine Head nacionales.
Con poco tiempo de margen Evil Impuslse parecían que iban a dar algo de melodía y voz limpia con un primer tema que me recordaron mucho a los himnos de Dream Evil, así que imaginad qué sonido de guitarra calzaban, pero estaba equivocado. Su cantante demostró tener recursos y una variedad de registros impresionante, lo que me recordó muchísimo a Spencer Sotelo de Periphery. Así que los guturales y la caña no se bajaron el bus.
Ya, finalmente, la sala se vino arriba en cuanto Vita Imana comenzó con “No en mi nombre” tras la pista de introducción “Calima”. Y desde entonces ya no hubo posibilidad de pisar el pedal de freno. Ni ganas tampoco había muchas, para qué mentirnos a nosotros mismos.
El set recorrió un interesante trazado plagado de temas antiguos (“Seis almas”,“Paranoia”, “Animal”, “Romper con todo”, “Gondwana”, “Un nuevo sol”) y también coplas de Bosa (“Desfiguradas”, “El duelo”, “Desdoblamiento”, “¡Contraataque!” y “Bosa”). Y en cuanto a la actitud de la banda, fue la hostia. Se notaba que no era sólo público, sino su gente la que allí se concentraba. Subiendo a Puppy y a Korpa vocalista de Fuck Division. En definitiva, todo fetén, como diría cualquier abuela marchosa.
Por lo tanto, si al final te dio perecita y te quedaste en casa, te perdiste una buena, compadre.
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