No planificar tiene estas cosas. Primero veo a The Boo Devils en el Stereo, santuario del rock&roll en Logroño, y ahora tengo el EP para reseñar. Nada más ver parpadear el cursor en la página en blanco me he dado cuenta de mi error: es imposible reseñar a estos tipos haciéndoles justicia, porque The Boo Devils es un grupo que vive del directo, y no hay estudio o juntaletras que pueda plasmar el ambiente que desarrollan los cinco cuando se encienden. Es como tratar de explicarle el color rojo a un ciego de nacimiento. Al Navarro, cantante y showman, era el que le decía a Clint Eastwood lo de “El mundo se divide en dos categorías: los que tienen el revólver cargado y los que cavan. Tú cavas” en El bueno, el feo y el malo. Si hay pelea, yo voy con Sl. Ángel Sietevidas es una especie de Joe Pesci de la guitarra: no será el más fuerte, pero es el que va a terminar la pelea. Joe Gabardo es el único tío que deja el coche con las ventanillas abiertas y las llaves puestas porque sabe que nadie tiene huevos a tocar el Gabardomóvil. Fabio sólo necesita un pañuelo para convertirse en un asaltante de diligencias y Emmanuel parece salido de Grupo Salvaje, siempre en un segundo término, sin grandes aspavientos, pero con nervios bien templados.

El tipo de conexión que logran cuando la Fender Frankensteiniana de Ángel hace que te vibre el pecho, los pellizcos que Emmanuel le saca al contrabajo, Joe bailando en un baldosín, el juego de sonidos de Fabio con los arcos de cajas, timbales, dom de piso, etc. o Al, simplemente él, encima de un escenario, sólo se puede ver estando delante de ellos, a un metro, sudando como pollos porque la sala se ha convertido en un horno. No hay vinilo, ni mp3, ni reproductor que sea capaz ni lejanamente de replicar lo que se siente. Pese a todo y en la humildad de mis posibilidades, trataré de arrojar un poco de luz sobre éste EP que viene a afianzar el trabajo cimentado en trabajos anteriores, sobre todo en The noble art of rnr, del que parece una especie de continuación. Un, dos tres… ¡In-fer-no!

[divider]DEVIL-O-MATIC[/divider]

Burning flags. Seguramente me he autosugestionado escuchando mil horas de Motörhead, pero juro que soy capaz de tararear Motörhead (la canción que da título al álbum de 1977 y a la banda) por encima de la parte instrumental de esta canción. Es como si lo que Lemmy y los suyos tiraban a sonidos más crudos, que probablemente desarrollaron el heavy metal tal como lo conocemos, The Boo Devils lo llevan a una guitarra casi country, a lo Willie Nelson, sin perder esa esencia Rockabilly con tintes de peli de Tarantino. Sin embargo, y después de verlos defenderla en directo, el estribillo me hacía acordarme del Homesick Subterranean Blues. Ojo el aullido final. Como admirador eterno de Howling Wolf, levanto las manos y grito Amén. A esto me refiero, tres minutos llenos de referencias, de actitud. Si no has escuchado rockabilly en tu vida, pero te mola Pulp Fiction, tienes que oír a estos tíos.

Por amor. Esto rompe moldes en la dinámica de la banda. Primera vez que graban en castellano… y se agradece. A ver, entiendo que el idioma es parte de su identidad como músicos, pero poder saltar un momento la barrera idiomática me —y creo que en el Stereo logroñés fue un rotundo nos— hizo conectar mejor con el mensaje de la banda y sobre todo con las habilidades de Al, no sólo como cantante (su técnica es la que es, aunque cante en finés), si no como showman, como “actor”. Las estrofas (otra pajarada mía) tienen cierta conexión con el Uprising, de Muse, aunque desde un punto de vista más rockabilly, con esa guitarra cíclica, casi maníaca, que en alguna canción de Johnny Cash se vislumbró y sirvió de esqueleto para cientos de temas del rockabilly y del psichobilly. El estribillo, a viva voz, fue una buena conexión con el público, nos arrastraron, sobre todo en ese descarnado Ya no tengo nada que perder.

 

 

Ocean drive. Dos conexiones fundamentales con la cultura pop: La primera, esa escena de Abierto hasta el amanecer con Salma Hayek y su serpiente, el champagne deslizando por la pierna y todo ese rollo. Claro, el ambiente de un sitio como el Stereo hace que la conexión entre mis neuronas se refuerce. Segunda, estrictamente musical: Wanda Jackson en Funnel of love. Es de esas canciones que no te sabes el título, pero oyes a alguien silbarla y empiezas a mover la cabeza, o sonríes. A medida que avanza la canción, toma una tonalidad más surfera, acercándose a una especie de Misirlou, del recientemente fallecido Dick Dale (la de Pulp Fiction), a medio tempo.

The devil by my side. Última canción y en serio que no quiero que se acabe. La batería empieza como el caprichoso motor de un coche viejo, debatiéndose sobre si arrancar o no, pero sale disparada como un Pontiac. Música de la vieja escuela, con mucho coro, para bailar (yo no porque soy un chopo, alguien que sepa) o para chasquear los dedos mientras miras de reojo por debajo de la hoja del sombrero. ¡Qué solo de armónica! Esto sí que es de mi escuela: R. L. Burnside, John Lee Hooker, B. B. King, Jimmy Reed… no se parece en nada concreto, pero suena a old school shit.

 

 

En resumidas cuentas, The Boo Devils son mucho mas que cinco tipos, más que una banda de rock o de rockabilly o simplemente son más que su propia música. Son esas conexiones con el cine, con otras bandas, con novelas del oeste de consumo rápido… son el ver a la gente bailando y flipando al mismo tiempo, son el ver a Ángel subido en la barra haciendo el gamba mientras puntea, a Joe asfixiado con la armónica, a Emmanuel encaramado encima de su contrabajo o a Fabio tratando de hacer coros mientras aporrea la caja (curioso lo poco que tira de charles o plato, lo hace casi todo con bombo y caja). He hecho lo mejor que he podido y aún así, lo digo en cuatro idiomas, con o sin tacos, o en plan saeta de Semana Santa: si no los ves en directo, es imposible saber hasta dónde pueden impactar.

Y ahora sí que sí, enlaces de la banda, para los convertidos a la religión del rock&roll:

 

Web: www.theboodevils.com

YouTube: www.youtube.com/theboodevils

Spotify: https://open.spotify.com/artist/0eeWW4BZNrP6bdLUKcX6c6

Facebook: www.facebook.com/theboodevils

Instagram: www.instagram.com/theboodevils

 

 

THE BOO DEVILS – ‘DEVIL-O-MATIC’

by: Teodoro Balmaseda

by: Teodoro Balmaseda

Escritor de ficción y crítico desde la admiración. Si te gustan mis reseñas, prueba 'Buscando oro' en tu librería o ebook.

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