Voy a empezar por el final. He aparecido en casa a las 8 de la mañana, no tengo ni cuatro horas de sueño, estoy hecho fosfatina, gritándole al ordenador que no me vuelven a meter en una de estas en la vida. Es una fase, para el fin de semana que viene, cuando me haya vuelto el cerebro a su sitio, me acordaré de esta movida y me reiré. Había cometido una injusticia sin saberlo con Terzero en discordia y tengo en el folio en blanco la oportunidad de sacarme la espinita. Vamos a por ello.
[divider]FESTIVAL OCHANDUROK 2019[/divider]
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**Nota del autor: es muy difícil hacer justicia a las bandas. Si escribo lo que quiero, canción a canción, desmenuzando el material, me sale Guerra y paz, si me ajusto al límite de una lectura entretenida, pues pasaré de puntillas por muchas fases. En cualquier caso, desde mis limitados conocimientos, espero hacer justicia.
PRIMERA BANDA: ESCUELA DE ODIO.
Astures como los Desakato, la cuenca minera les ha impreso resistencia en el ADN. La célebre frase (que no debe ser de Unamuno), venceréis, pero no convenceréis, les corre por las venas. Actitud del que conoce su desventaja inicial, pero va a vender bien cara la pelleja, como en Réquiem por un campesino español. Tiene esta banda una influencia evidente a S.A. en ese doble bombo y caja en formato ametralladora, en las guitarras crudas, los coros a grito pelado… pero en la forma de cantar, no tiran de gutural. Es como entre canciones, no sacan la vehemencia, no tiran de tripa, argumentan como si estuvieran tomando un café.
Diferencia. Pasan de la base rítmica de S.A. a un leve recuerdo del Motorbreath, de MetallicA para lanzarse al hadcore. Ya sabéis, baladitas para coger a tu pareja de la manita.
Resisitir es vencer, plasmación de lo que he dicho en el primer párrafo. Los de siempre, donde tienden a un hardcore de la escuela de Knibal (qué buenos músicos y qué buena gente estos yeclanos) que, allí presentes, no sé si veían la conexión, pero la disfrutaban.
Europa dice las cosas claritas (¿qué puedo decir que no se hayan dicho estos fius?). Hardcore is my life es una declaración de amor (que un grupo suene duro no quiere decir que no sientan amor. Aman… pero sus cosillas.)
Máquinas. La melodía me trae a la mente a los Smashing Pumpkins, pero pasados por el cedazo de la tralla. Esta canción en cuando Zero encontró a Psychosocial.
Una vida marcada. Tu padre pegaba a tu madre / no seas como él. Suscribo sin poder añadir nada que pese más que el silencio.
En Puertas buscan la comunión con el público, y llegamos a cantar un trozo a grito pelado, la batería y Ochánduri, mano a mano. Se ha organizado un pogo tremebundo, a cada estribillo ganan conexión con el público. Estamos terminando, así que pisan el acelerador, lo van a dar todo.
Alerta caminan hacia Rage Against the Machine. Tom Morello lo hubiera bailado, aunque vuelven a su hardcora a medida que pasan las estrofas. Canciu vuelve a tirar en las estrofas hacia Nos vimos en Berlín, con toda la banda coreando como si el mundo llegase a su fin. Han formado una especie de cañón sonoro que han hecho despegar Ochánduri del suelo.
Se despiden con Asturies, que tiene el poso de No quiero participar, pero con más metralla… aún.
Conocía muy poco de esta banda, pero me gusta su forma de pensar. Soy riojano, nacido y criado y, pese a la distancia que nos separa, siento en las tripas esa conexión, el respeto mutuo de los pueblos que se sienten compañeros de infortunio.
SEGUNDA BANDA: M.C.D.
Los budistas creen que los objetos también pueden tener alma. A lo largo de la vida, con las andanzas, hay objetos que van adquiriendo una personalidad propia (clásico por ejemplo la ropa heredada del hermano mayor o el coche heredado del padre). Yo heredé una retahíla de casetes de alguien que no está, entre ellos, el directo Bilboko Gaztetxean. ¿Qué quiero decir con esto? Que en mi mente no están solamente los acordes, los coros y las camisetas, están los recuerdos, y la conexión emocional. No soy imparcial. Es cierto que me gustó mucho, pero también es verdad que no hubieran podido fallar porque me han traído cosas muy guapas a la mente. Se presentan en power trio, Txilo a la batería, Joakin a la guitarra y Efe llevándose los focos, coordinando bajo y voz.
Pánico en las calles. Madre mía, qué tiempos. Suena como en mi puñetero radiocasete. Estos tíos dan lo que prometen, en casette, en cd, en mp3 y hasta en supositorios interactivos.
Terrorista es punk con etiqueta de denominación de origen. Hemos viajado a cuando mi tío tenía 14, a cuando yo tenía 14 y a cuando la cuadrilla de cabroncetes que berrean y se mueven como bestias tienen 14. Y es que podría ser el padre de más de la mitad de los de las primeras filas.
Odio. Lo mismo que la anterior, denominación de origen, con mala leche, venas hinchadas y mascullo furioso. Me siento viejo, pero esperanzado. Aquí hay cantera.
Gernika. Una cosa curiosa, despiden odio en las letras, pero Efe es puro amor. Siempre sonriendo, vacilando, buscando la complicidad con el público. Sabes que una banda lo está haciendo bien cuando los coros de la gente te retumban dentro del pecho.
Imposible. Mi posición me quita visión de Txilo, y al verlo, es encomiable. Despilfarra energía, es generoso con los platos y contundente en la parte rítmica, además de cumplidor con los coros.
Pasa una vez. Es lo triste, que canciones como esta no son una reacción momentánea que se queda obsoleta enseguida, siguen en plena vigencia, y me temo que en alguna que otra década seguirá pareciendo que no hace ni quince días que la han compuesto.
Sal a la calle, Asesinos en el poder… a lo mejor el punk no está muerto. Tal vez el punk no se crea ni se destruye, se transforma. La mayoría de los que cantan y bailan cagaban en un pañal cuando M.C.D. cortaba el viento, hasta a mí me ha salido la barba berrando…
No más punkis muertos. Nada más sonar un par de notas con el bajo, estallamos. Joder qué si estallamos. Me he visto a los 14, yendo a clase en invierno, de noche oscuro aún, con el walkman.
Mil historias. No tienes nada que decir, todo por nada… otra cosa que me llama la atención. Chavalitas que no llegarán ni a cincuenta kilos chocando en pleno pogo con bigardos más altos que yo. Si miras en general, da la impresión de violencia, pero es como una escena de acción de una peli. Si miras bien, no se están rozando. Son empujones casi con cariño, hay roces peores el primer día de las rebajas, y la prueba es que las chavalillas se ríen y vuelven al mogollón. Si el que más roba lleva corbata y no viene en patera, a lo mejor los más violentos van repeinaditos y dando lecciones, no son los de las crestas, imperdibles, pelos de colores…
Entre borrachos. Sinatra, que dijo que el rock no duraría ni cinco años, versionados por unos punkis. Ironía apocalíptica. Al terminar, me llama la atención Efe. Fotos para todos, sonrisa perenne, saludos, bromas… me muero de envidia sana, ojalá todos lleváramos la misma cara al ir a trabajar.
TERCERA BANDA: KAOTIKO
Para empezar, Ennio Morricone, el bueno, el feo y el malo nada menos. Como Ramones en el inmortal Loco Live. Reconozco que desde los tiempos de Fonta haciéndole los coros a Evaristo y compañía (aún eran Kaos Etíliko, anda que no ha llovido), les había perdido la pista, pero ha sido un bonito reencuentro.
Violencia. Con sendas Gibson duras y robustas y bajo Fender indestructible, tienen la línea instrumental muy marcada. No puedo, al oír Violencia, acordarme de los Elenco. Una mezcla prometedora la de mis paisanos, aunque no tienen mucho que ver con los Kaotiko.
Aleluya, Amor muerto, Presa… hay mucho ingrediente de La Polla, mucho coro uooohh. Las guitarras y la batería van desbocadas, el bajo está centrado en las dos cuerdas más graves. Forma el esqueleto instrumental, la batería añade el músculo, las guitarras los pulmones y la voz/coros le ponen el alma, como cuando juramos amor eterno en Las Gaunas.
Gloria guerra. Otra banda de la que han heredado mucho estos tíos: Piperrak. ¡Basta ya!, sobre todo en los estribillos, tiene buena parte de la melodía, por lo menos, hay una especie de conexión de una a otra.
Rico deprimido nos muestra como guitarras y bajo pueden conformar una especie de apisonadora sonora que lleva la voz en volandas, apenas capaz de seguir el machaqueo impenitente.
Paranoia. Han conseguido la plena conexión con Ochánduri, que responde con unos coros brutales una raya p’aquí / me persiguen p’allá.
Chihuahua. Yo soy un hombre normal / lucho por sobrevivir. A tramos tienen un ramalazo a The Clash en Should I stay or should I go.
Sucio criminal. ¿Qué queréis que añada a eso? Sucio criminal / te gusta torturar. No es que haga falta hacer el análisis morfosintáctico.
Barrio de latón. Con una caja marcial (casi te imaginas a los casaca roja británicos y sus mosquetones), vamos fluyendo a unos estribillos que evocan a los Green Day en American Idiot.
Psicho va dando cancha a una batería generosa con los platos para llegar a Sale el sol, los mejores coros del concierto, a dos tiempos. Juerga sigue pisando el acelerador y en Adrenalina vamos todos tan encendidos que no entiendo prácticamente nada de lo que dicen. Tiene también un punteo fantástico, no muy efectista, no muy virtuoso, pero sí efectivo.
Fuera de juego, Preso 2023… hay tanto que asimilar que me siento un poco atontado. Mortx, el bajista, ha estado incansable, con unos coros y una energía que parecen ilimitados y unas poses que recuerdan a Dee Dee Ramone.
Clásico truco, falso final, hasta habían amagado con dejar las tablas, pero aún les queda mucho que cantar. Caroline, Mi mejor colega…
¡No somos nada! Somos los nietos de los que perdieron la guerra civil. ¡Viva la Polla!
Su falso mundo nos dice adiós con la manita y para terminar Otra noche. Hasta el cantante reconoce que si no la llegan a tocar la semana pasada, los sacan a varazos.
Comentando con los coleguis, madre mía lo que nos espera, si sólo llevamos la mitad.
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CUARTA BANDA: KOP
Voy a ponerme un poquito pedante. Como he dicho, soy riojano. Ni vasco, ni navarro, ni soriano, ni burgalés; riojano. De los que dicen mucho bien, que es más que muy y cogen agua de la canilla, no del grifo. No somos mejores ni peores que los demás, sólo somos diferentes, como he dicho hablando de los astures Escuela de Odio. Lo que está pasando en Catalunya es un problema político, y los problemas políticos sólo se resuelven de dos maneras: hablando tranquilamente o con una limpieza étnica, y casos como la antigua Yugoslavia o Ruanda demuestran que la segunda opción realmente casi nunca funciona. A lo que vamos, si en Catalunya hubiera violencia gratuita, si de verdad te dieran una tunda cuando te preguntan en catalán y les dices que ni papa… en este tipo de situaciones hay que demostrar cintura política, a ver todo lo amigos que podemos ser, y está pasando todo lo contrario. Desde luego, no en mi nombre.
Yendo a la historia, si hemos estado hablando de grupos que más o menos conocía, digamos que KOP es, a mis ojos, la revelación de la noche.
Guerrilla. Voz entonada como Juan, el de S.A. pasando del metal al hardcore. Cambia el tempo para cabecear, a lo Saliva en Fuck off you, mientras todo el mundo canta y corea en pleno gutural.
Revolta comienza con una guitarra sola, como Polvo en los ojos, de S.A., aunque la batería es más punk y no tan metal cuando entran a mansalva. Dato curioso de esta banda, trabajan muchísimo los coros, quedando el vocalista a un lado. Sobre todo la guitarra rítmica y el bajo, que no le envidian ni pizca de fuerza al voceras.
Ciutat morta. Empieza un bajo duro y crudo y entran como locomotoras, aún más destructivo que Cuando nada vale nada.
En La lucha emplean un nuevo recurso, los cambios de tempo. Hora de saltar antes de lanzar cada estrofa.
No te rindas, que me sigue recordando, sobre todo en las estrofas, a Cuando nada vale nada.
Para cambiar un poco el tercio, Leitmotiv recuerda algo a los Dover del Late at night, pero es un espejismo pasajero. Doble pedal justiciero, alternancia de riffs rabiosos con guitarrazos sueltos y sobre todo los estribillos, ideas bien claras con voz gutural.
También es mala suerte, me he tenido que perder algo cuando he hecho una paradita técnica, porque huele a quemado que no veas. ¿habrá cascado algún ampli? Lo acojonante es que, en medio de Utzi bakean, sin esperarlo se enciende una bengala roja en medio del público. Esto parecen aquellos partidos de máxima rivalidad, que aparecía una moto en llamas en medio de la grada.
Accio directa le saltarían las lágrimas al Drogas, y No elegir saca una versión trallera del Explota, cerdo de los S.A., de los que se pueden considerar herederos/compañeros de trinchera.
Freedom. Es la versión hardcore de Killing in the name of, de los Rage Against The Machine. Dos palabras: freedom, libertad. Llaman a algo primario que logra una conexión hipotalámica, instintiva. Todo el mundo saltando en el sitio, como si Ochánduri fuera a cambiar su ubicación.
Salta la luna. Más cañera pero con un hilo del Jartos d’aguantar, con un ritmo a lo Mili KK. Eso sí, repito, desde la metralla.
Desalojos. El bajo hace una pequeña concesión desde su ministerio de armamento y nos obsequia con algún dibujito más propio de otros estilos como el ska.
Y terminan con Zu atrapatu arte, que es una ecuación. Cuatro acordes + dos cojones= mucha diversión. Un shock, mucho fuego. Estos tíos son una pasada.
QUINTA BANDA: SEISKAFÉS.
Vamos con la parte alternativa de la jugada. Nos rodeamos de ska, reggae…
Skarrealidad… hay ciertos elementos claros en un bajo juguetón que lleva el peso de la parte instrumental, y los teclados y los vientos ponen la decoración. Las voces se cruzan de voz a coros y viceversa entre teclista y guitarrista.
La vida es una mierda. No llegan a cruzar al rock, siguen siendo ska, mezcla de muchos estilos, pero sí se ponen reivindicativos.
Psikiatrico. Seguramente que será influido por lo que he estado viendo, pero llegan a sonar medio punk, o camino del punk, ritmos de esos de cantar con ganas.
Reggae Potato, Pegamento. El bajista y el guitarrista (luego hemos descubierto que el primero está recién llegado a la banda) tienen intimidad, se buscan, se bailan, se sonríen…
Qué buena, ritmo de la noche, Nikolai. Saco además eventos comunes en su recetario: hacen escarceos con otros estilos, con el rock, el punk… pero, en cuanto entran los vientos, vuelven a sus orígenes, a ese rollo ska, de pasarlo bien.
Horror en el cementerio. En una labor tan de conjunto como este sonido, no me gusta hacer observaciones individuales, pero éste bien lo merece. El batería es capaz de tocar a toda hostia, jugar con el charles, y encima hace coros. ¿Qué más se puede pedir?
Tú no lo ves. Mi primer disco fue el Eurosis, de SKA-P, y joder, cómo me acuerdo de él. Por aquel entonces no tenían vientos (aunque contaban de vez en cuando con Ángelo Mancini, de Hechos contra el Decoro), pero la mezcla de guitarra monolítica, bajo juguetón y diversión a raudales era parecida a lo que tengo delante ahora. Planeta Eskoria es la referencia más cercana que se me ocurre.
El enterrador. Versión de Tako (gracias, Isra). En directo, más que en el disco, se aprecian más unos pianos a lo Freddie Mercury. Iñaki, en un momento dado, lanza un “vamos a empujarnos un poquito”. Para qué quieres más. La locura no, lo siguiente.
Hartos. Si del punk derivó el punk-rock, ¿esto se puede considerar ska-rock? Llegan a patear traseros. Todos en cuclillas y explosión festivo.
Guillotina. Conste que cito (sic) una obra que no es mía. Miembros de la Audiencia Nacional, circulen, aquí no hay nada que ver. La reina ¡ZAS! ¡Guillotina! Los chulos de la reina ¡ZAS! ¡Guillotina! Los chulos del rey ¡ZAS! ¡Guillotina! Los ministros ¡ZAS! ¡Guillotina! Los obispos que los rodean ¡Guillotina, guillotina, guillotina, guillotina! ¡TODOS GUILLOTINADOS! Si señor ¡la guillotina!
La mordaza. Palabra que sigue de actualidad. Tiene un aire a No se puede permitir, de los asturianos (de Langreo, creo) Fe de Ratas.
Y con Cantarranas se acaba la función. Qué ganas dan de ponerse a gritar como con SKA-P: ¡Re-sis-ten-cia!
SEXTA BANDA: TERZERO EN DISCORDIA.
Casi las cinco de la mañana cuando se suben al escenario. No me lo puedo creer, se me va a hacer de día. Bueno, a concentrarse, que estos vienen con ganas de dar leña.
Resquicios de su boca. Un rollo Boys are back in town, de los Thin Lizzy, pero con la voz de Isra como Maxi, de los Fe de Ratas. Hay unas estrofas que recuerdan (la podrías cantar por encima) Bonzo goes to Bitburg. Dadas las horas y el cansancio general, tiran de tripa, de profesionalidad. En tiempos de listitas de Vox (cómo se blande la constitución como si fueran las Sagradas Escrituras, pero para este tipo de cosas la ley es un poco más laxa), más reivindicación de los derechos LGTBI.
Hotel Transilvania. Siempre hay que escuchar a los que saben más. Julio, de los Cuarentena me dijo: “Los Terzero tienen los mejores coros de las bandas riojanas”. Cierto es que esos coros a distinto tempo (Eres uno más / te enamorará) son muy efectivo y, al disponer de tres cantantes, la alternancia de voces y coros se enriquece. La voz de Samu y los coros de Nacho (que intercambiarán papeles) son el ejemplo.
Así me siento yo. Un comienzo a lo Shoot me all night long, de AC/DC. La voz de Nacho me recuerda un huevo a Fito, al fito de los Platero. Ejemplo: Un abecedario sin letras.
Las flechas de Cupido. Entre Extremoduro en las guitarras y Boni en la voz. Depende de lo que exija la canción, Isra puede modular, cambiar de registro. Muy cañero el punteo en el puente entre estrofas y estribillo.
Alicia. Recién salida del horno. El comienzo me recuerda muchísimo al Guerrilla Radio de Rage Against the Machine. ¡A saltar! Las estrofas sin guitarra y el tempo que va acelerándose gradualmente hasta un final en plan apoteosis como Welcome to the jungle. Pablo, a las baquetas, juega con el charles, sacrificando contundencia en pos de la técnica. Si pierde contundencia y la sustituye con fuerza, tenemos técnica y fuerza. Me vale.
Absurdo. Entre Ramón, de los Platero, y un breve guiño a Territorial pissings, de Nirvana.
África. Se parece a Vota a nadie, de los Reincidentes. Cierto que la ausencia de vientos la dejan algo huérfana, pero no es menos cierto que los coros mejoran viniendo al rescate, dentro de ese ritmo pela-púas que llevan Samu y Nacho. Pasan del Golfa, de Extremoduro al Tonight, tonight de los Smashing Pumpkins. Otro punto fuerte de estos cuatro. En menos de cinco minutos tenemos cuatro cambios de ambiente en el mismo tema.
Nena. Tengo en mente a los Led Zeppelin en Whole lotta love, pero convirtiéndolo en una especie de declaración de amor de signo glam rock. Todo el mundo de rodillas y estallido en plan pogo. Dadas las horas y el ambiente The walking dead que se avecina, es casi un milagro.
Esta noche. Empiezan con un aire al All right now, de los Free, pero al escuchar la letra es algo así como 50 sombras de Terzero en discordia.
Congreso de los hijoputados. Otra nueva. La más punk del set. La voz me recuerda a Atasko, de Basauri, en Sin memoria. Va evolucionando hacia una especie de All my life, de los Foo Fighters, sin perder de vista el You know you’re right, de Nirvana, y acaban en una especie de Carne pa’ la picadora, con toda la mala leche que puede generar la situación actual… y bueno, qué cojones, la de los últimos 83 años.
Entre lluvias y tormentas. Su coqueteo más evidente con el rock pesado y el metal. Las guitarras más tralleras que nunca, como Sin parar de pecar, de Lujuria. Doble pedal y platos grandes, para terminar en una especie de blues de la vieja escuela, a lo Jimmy Reed mientras siguen un crescendo sin fin.
Wopery wopero. Más completa que en el disco, con más distorsión. Fiesta total, con la poca energía que nos queda.
La vida se va de bares. Otro ramalazo a Reincidentes, Un día más, por ejemplo, con un tempo algo más lento. Me he fijado en que el sentido de la vida inquieta a los Terzero. Vivir no es sólo respirar… la vida es algo más que estar sentado en el sofá frente a un vaso de cristal. Hemos terminado —animados por la banda— berreando ésto último, creo que porque todos sentimos en las entrañas algo parecido.
En fin. 6:30 a.m. casi amaneciendo. 12 horas de fiesta y cierto mosqueo cuando me imagino el tecleo que me queda por delante, pero una cosa está clara: noche en blanco y no me he dado ni cuenta. Muy divertido.
A todos los músicos: gracias, en especial a los Terzero. Isra, que me ha hecho de Virgilio (como personaje de la Divina Comedia, no como poeta), y Samu, que ha puesto toda la atención en hacer las fotos que ilustran esto. También a Esther, de la Terzero Crew, por las fotos del último concierto. Otra de esas bandas que llenan de dignidad la palabra músico. A lo mejor los que menos caché tienen, seguramente que los que más cojones ponen.
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