La sexta edición del Tío Pepe Festival finalizaba con el esperado concierto de Alan Parson Project, ahora rebautizado como Alan Parsons Live Project, que conseguía llenar las gradas del Patio de la Tonelería presentando el recinto un excelente aspecto. Esas ganas flotaban en el ambiente, de un público ávido de ver en directo a uno de los pesos pesados del rock progresivo en su única actuación en España, lo cual le otorgaba un plus de exclusividad sumado a la magnífica organización del festival y a un sonido limpio, donde todos los instrumentos sonaban como un bloque homogéneo, en el desnudo escenario donde hasta ocho músicos hacían acto de presencia con sintetizadores, guitarras acústicas, la base rítmica de bajo y batería y hasta saxos.
Eso sí, Alan Parsons se escondía en la parte trasera, sentado en un taburete con su guitarra, cantando cuatro canciones, llevando el peso de los parlamentos al respetable, pero dejando más protagonismo a su engrasada banda, realizando un trabajo excepcional, una de esas noches para el recuerdo que comenzaba con el primer sencillo de su nuevo álbum «The secret» titulada «One note symphony», bella canción que dejaba paso al primer corte del «Eve» con «Damned if i do» y el primer momento álgido con «Don´t answer me». «Time» seguía celebrando las composiciones del grupo a comienzos de los ochenta aunque el homenaje a los dos primeros discos llegaba juntando en un «medley» «Breakdown» y «The Raven» de su «Tales of mystery and imagination», con inicio leyendo el comienzo de la conocida historia de Edgar Allan Poe.
Sin dejar el «I robot» (1977, como «Breakdown»), sonaba en la noche jerezana «I wouldn´t want to be like you» y la segunda concesión al «The secret» con «Miracle», donde Parsons nos habló de su amor a la magia pidiendo si se encontraba un mago entre los asistentes (¿qué hubiese sucedido de aparecer alguno?). «Psychobabble» era el primer homenaje al «Eye in the sky» como «Don´t let it show» el tercero al «I robot» finalizando la primera parte con la nueva «As light fall» y una inesperada sorpresa pues acometían «La Sagrada Familia» del «Gaudí», tema que no han tocado desde hace muchos años y que convierte el evento del Tio Pepe como uno de los más especiales de la gira del británico, que se retiraba por espacio de veinte minutos mientras los de debajo pasaban por la zona de bar y restauración a tomar algo de beber y comer, volviendo con más ganas para escuchar uno de los clásicos de Alan Parsons Project y joya de los instrumentales como es «I robot» y un sentido homenaje a su ex compañero y cincuenta por ciento de Alan Parsons Project, Eric Woolfson, fallecido hace diez años, con todo el Patio de la Tonelería utilizando las luces de sus teléfonos móviles como estrellas en movimiento iluminando la madrugada que se acercaba inexorablemente y la parte final que comenzaba acometiendo otro instrumental de envergadura como «Lucifer», «Prime Time» del «Ammonia Avenue», una de nuestras favoritas como es «Standing of the higher ground» del «Gaudí» y «Sirius» que dejaba paso a «Eye in the sky» para aparecer las azafatas de la bodega para despedirlos con un copa del famoso vino, santo y seña de las González Byass, aunque quedaba tiempo para un par de bises con «(The system of) Dr. Tarr and Professor Fether» y «Games people play» marchándose, ahora sí, a ritmo del «Always look of the bright side of life» de los Monty Python, en un directo lleno de luz, colorido y perfecto sonido, que demuestra el buen hacer de un «peso pesado» de la música que ha sabido reinventarse y ofrecer más protagonismo a gente del calibre de Todd Cooper, Dan Tracey o P.J. Olsson, lejos de las otras dos veces que había visto las evoluciones del ingeniero de sonido del «Abbey Road» o del «Dark side of the moon»; una en la Plaza Mayor de Madrid, junto a Bonnie Tyler y la otra hace casi una década en Gibraltar, junto a Simple Minds. Es verdad, que entonces cantaba más temas pero el de ayer del Tío Pepe Festival fue inolvidable.
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