El otro día en una de las radios que colaboro oí una frase lapidaria: “lo más seguro es que estemos en la época que mejor música se hace y que peor música se escucha”. Quizá estemos a medio paso del fin de todo, que los tiempos estén cambiando o que sea el fin del mundo tal como lo conocemos, como cantaban los R.E.M., pero no puedo dejar de verlo reflejado hasta en mi labor. He reseñado discazos, bandazas que tendrían que estar abriendo carteles de festivales y llenando todo a su paso por la gira, y cuando ves fotos estudiando el ángulo para que no se note que apenas hay una docena de personas y todo amigos… pues es que hay que valer para ser músico encima de las tablas y detrás del escenario. Ahora, como artista tengo una máxima: mi obra me sobrevivirá y me la sopla si me leen tres personas o tres mil millones. Hala, lección aprendida. Un, dos, tres… ¡Paimor!

El club de los perdidos. Sonido ambiente, café hasta arriba… los primeros silbidos me recuerdan a Roter Sand, de Rammstein, que cerraba el disco que nos ha mantenido una década huérfanos de guitarrazos teutones. Un poco de bajo y sale ese concepto que los sitúa en un terreno de nadie. No es rock, ni pop, ni cantautor, es una mezcla. Voz rasgada y guitarra acústica por encima de un bajo que lleva buena parte del peso instrumental, una batería contenida y ese espíritu del viejo bar convertido en lugar de reunión, no por el lugar, sino por la gente.

 

[divider]LA SEGUNDA VUELTA[/divider]

 

La segunda vuelta. Detalle a lo MetallicA eso de nombrar el disco como la segunda canción. Tengo en mente media docena de canciones que tienen un aire, pero me quedaré con So easy de Eagles of Death Metal. En esta la batería, más monolítica, carga el ritmo, muy a lo Oasis, de guitarra acústica y voz. A medida que nos acercamos a las últimas estrofas, se combina el punteo inicial con el ritmo más contundente de la acústica, ganando empaque.

Hasta Finlandia. Una especie de versión a medio tempo, sin violines y cambiando el protagonismo del piano por la acústica de A thousand miles, de Vanessa Carlton. Canción de escenario casi a oscuras, de furia percusiva contenida, como Grohl en el Unplugged de Nirvana y un bajo que está como mero apoyo a la acústica.

Lo deseo a morir. Las primeras notas se parecen al Hero of the day de Metallica (las veces que la he berreado por encima del S&M). inevitable mover el pie al compás del ritmo que marcan las cuerdas (tengo curiosidad por ver si puntea la guitarra con los cinco dedos o hace que la púa vuele de una cuerda a otra). Entran bajo y guitarra con una pandereta poderosa, bueno, tan poderosa como puede ser una pandereta, poniendo un poco de contundencia (vale, la contundencia que puede dar una pandereta) al tema, en forma de subrayado a la voz.

 

 

Aquel caballero. No me puedo creer que estemos en la última. Esta es más una especie de rock cincuentero pasado por un tamiz desenchufado, lo que resta potencia a los instrumentos y da aún más atención a la voz, que parece que se juega el todo por el todo. Con una batería trotona y el bajo en una especie de ciclo complejo, la voz nos relata una meta historia sobre el caballero de la triste figura. Lo inmortal de la obra de Cervantes (con todo respeto de un juntaletras de tercera), más que el Quijote en sí, es el personaje, que ha pasado a la cultura popular como un arquetipo de alguien leal y valeroso, que nunca se da por vencido y que lucha por lo que cree justo, caiga quien caiga.

Hombre, más o menos tenemos clara la receta de la banda: bajo juguetón, pero en segundo plano, batería supeditada al interés de la banda y todos los focos se centran en la acústica y la voz, juntas o por separado. A pesar de todo, este tipo de álbumes suelen dejar ganas de más, por lo menos otro par de temas. Buena señal para la banda, quiere decir que no se hace pesado y que van por buen camino. Sin grandes derroches, efectivo y directo: Mr. Paimor y su la segunda vuelta.

Para los conversos, enlaces de la banda.

 

https://www.facebook.com/mr.paimor/facebook

@mr.paimor – instagram 

 

 

[divider]MR. PAIMOR[/divider]

 

 

[divider]LA SEGUNDA VUELTA[/divider]

 

https://youtu.be/HkzIWU0SOkk

 

 

MR. PAIMOR – LA SEGUNDA VUELTA

by: Teodoro Balmaseda

by: Teodoro Balmaseda

Escritor de ficción y crítico desde la admiración. Si te gustan mis reseñas, prueba 'Buscando oro' en tu librería o ebook.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

The Offspring- Supercharged

The Offspring- Supercharged

Tras el “Let the bad times roll” del 2021 parece que los californianos The Offspring están de vuelta pues recordamos que antes del precedente LP tuvieron un parón de nueve años. “Supercharged” es su undécimo álbum con un Dexter Holland más que correcto de voz, bajo y...

Battosai – Lágrimas y milagros

Battosai – Lágrimas y milagros

Las sensaciones vacías de un mundo cada vez más volcado en lo material e irónicamente en lo no tangible,  ha convertido la contradicción en algo tan difícil de identificar desde el preciso instante en que la convirtió en una normalidad artificial. Busco el camino...

Tuk Smith & The Restless Hearts – Rogue to Redemption

Tuk Smith & The Restless Hearts – Rogue to Redemption

Última joyita de esta tríada de discos Powerpop de 18 quilates. Si Redd Kross han estado ahí toda la vida y The Peawees me han clavado bien fuerte una envenenada flecha con su último disco, lo del de Nashville, TUK SMITH con su banda THE RESTLESS HEARTS es...

The Cure: Songs of a lost world

The Cure: Songs of a lost world

Os juro que llegar a creer que nunca tendríamos otro disco de The Cure. Han sido tantos los retrasos y tantas las excusas que Robert Smith ha esgrimido durante estos 16 años de parón discográfico, que perdí la fe. Incluso pensé que era mejor así: es preferible el...

Elizabeltz – Alabaren

Elizabeltz – Alabaren

De las entrañas de lo desconocido llegan a veces grandes satisfacciones. Abrir las puertas para recibir el mensaje no solo de aquellos portadores de buenas nuevas cuyos rostros nos son familiares, sino también de los que consiguen escapar del abismo de la mediocridad...

Pin It on Pinterest