Duff McKagan siempre me pareció el miembro de los Guns and Roses más interesante junto a Izzy Strandlin, y con su nuevo trabajo en solitario, el tercero para ser más exactos, vuelve a demostrar que su paleta musical es muy amplia. Dejará a los mas obtusos un poco desarmados y algo perdidos ya que con “Tenderness” se aleja por completo de lo que uno podría esperar de un tipo como Duff.
McKagan es un tipo que como muchos sabemos ha tenido una vida muy densa y fascinante, pero también junto a Izzy era el que tenia la cabeza mejor amueblada. Comenzó tocando en bandas de punk de Seattle; Fastbacks y los Fartz para, seguidamente en 1983, mudarse a la ciudad del vicio por aquel entonces: Los Ángeles. Tras unos años intentando pillar el tren que lo llevara a la gloria se subió al carro de unos Guns N ‘Roses, el resto ya es historia del rock en mayúsculas.
Pero, cuidado, lo que hace lo hace muy bien, pero que muy bien, facturando un disco brillante que, según el propio músico, es un seguimiento musical de su libro que lanzo en el 2015; “Cómo ser un hombre” . Ha contado con colaboraciones de Shooter Jennings, The Waters y The Suicide Horn Section, Jesse Dayton.
Diez años han pasado desde su segundo álbum en solitario, “Beautiful Disease” y se nota que el músico ha sabido coger todas la madurez adquirida en esos años. Ha contado con la producción de su colega Shooter Jennings, la cual se nota en la paleta de sonidos en la que se mueve el disco, siendo Shooter un tipo que no tiene miedo a innovar con los sonidos mas clásicos del rock. Por momentos me suena como un disco de Ian Hunter, al disco de un vividor que se toma un momento en su camino para hacer balance de todo lo sucedido hasta ahora. En «The Suicide Horn Section», esta su hermano Matt McKagan tocando el trombón junto a Chuck Findlay a la trompeta y Brian Scanlon al saxo”, y el trabajo que hacen en “Don´t Look Behind You” es muy preciosista, recordándome a arreglos de los temas mas íntimos de Billy Joel. Y es que este disco es un trabajo que te pone la la piel de gallina por momentos y reflexivo en otros. Once canciones que sirven de catarsis no solo a Duff pero que también podría servir a muchos que vivimos aquellos tiempos con la misma o parecida intensidad que él.
Espero que todos esos sibaritas que pasan de escuchar Hard Rock no sean tan ciegos de dejar pasar un disco como este, ya que en sus entrañas hay mucho mas que un simple trabajo de un bajista de una de las bandas mas seminales de Hard Rock. No por nada lo ha titulado “Ternura”
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