Despúes de la vorágine electoral que hemos vivido este mes y el anterior. De jornadas de reflexión varias y de razomientos políticos que nos abruman en estos días, tocaba desconectar y vivir aquello que realmente nos da alas, que nos mueve a diario, la música. Las cosas claras y el chocolate espeso. Este pasado martes me dirigía a la portuense sala Milwaukee con la lógica duda que produce el desconocimiento. A pesar de que había escuchado un par de discos de este guitarrista argentino afincado en Canarias con un c.v. que da vértigo, viéndole compartir música con gente del tamaño de Bernard Allison, Jimmie Vaughan, Javier Vargas o Pappo, quedaba ver como sería enfrentarme a su blues rock en directo. En formato trío, Demian Dominguez a la guitarra y voz, Edgar Blues al bajo y Oscar López a la batería comenzaban su Spanish Tour con esta fecha al Sur del Sur donde según me confirmó el mismo en la entrevista que le realicé días antes, era la primera vez que tocaba. Entrada discreta, nada nuevo en el horizonte, aunque nos agarraremos a la excusa de ser martes, y es que tampoco ayuda demasiado el ofrecer un concierto en un día laborable.
Precisamente Edgar Blues, cambiaba su bajo por la guitarra para ir calentando el ambiente en el escenario de la sala Milwaukee, sorprendiendo a propios y extraños a base de buen blues sonando canciones de sobra conocidas como «The Thrill is gone» o «Whole lotta love», adelanto al vendaval que se nos vendría encima. En estos tiempos de inmediatez absoluta y almacenamiento excesivo de material que no escucharemos estamos perdiendo la capacidad de sorpresa, de asombro. La apuesta segura por lo conocido. La desidia por el riesgo adquirido al enfrentarte ante un músico que no sabes si te sorprenderá o querrás maldecir haber acudido. Afortunados los que optaron por apostar por la música en directo anoche porque la victoria fue aplastante. Desde el primer momento Demian Band se aferraron a una potencia que demostraba que este trío -a pesar de la nueva incorporación de Oscar- sonaba compacto, como una locomotora sin frenos.
Muchísimo más potentes que en disco, demoledores, fueron cayendo temas uno tras otro para regocijo del personal que comprobaba como con cada solo, Demian Dominguez hacía subir la temperatura del local varios grados. Poseído por el espíritu de Stevie Ray Vaughan el guitarrista argentino consiguió meterse en el bolsillo al público asistente. Por supuesto cabe destacar la labor de la banda al completo. El trabajo de Edgar al bajo fundamental, con detalles técnicos a veces complicados de apreciar por no ser tan efectistas como el que utilizan otros bajistas, durante todo el concierto mostró un nivel altísimo. ¿Y qué decir de Oscar López y su batería?. Que me perdonen los bateras, especialmente mis amigos que tengo unos cuantos entre ellos, pero instintivamente desconecto cuando llega el momento del solo de batería. Es algo que no puedo evitar. Pero esta noche fue imposible no mantener ojos y oídos bien abiertos ante la demostración de Oscar López. ¡Fantástico!.
Fueron sonando entre temas propios y ajenos, «Baby please don`t go» -¿Posiblemente la canción de blues más versioneada de todos los tiempos?-, «Mystery train», «Where did you sleep last night», «Little wing», «Crossroads», «Ain’t no sunshine»… un repertorio completo y muy bien trabajado que dejó exhaustos a los que allí nos dimos cita. Sin lugar a dudas un concierto simple y sencillamente espectacular, de un grandísimo guitarrista, arropado por unos magníficos músicos. El comentario a la salida era unánime. ¡Vaya pedazo de concierto!.
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