Lo de las horas de los conciertos es algo que bandas y salas se deberían plantear seriamente. Eso mismo pensaba mientras me dirigía en coche hasta la ciudad de Cádiz. Fría noche la del sábado 23 de marzo. Noche elegida por Whip Shock para presentar en sociedad su primer disco “Moving Fast”. Alrededor de 50 personas se daban cita cerca ya de la media noche en la gaditana sala Soho Alternative Bar, un local que está apostando muy fuerte por la música en directo, algo que elogiar en los tiempos que corren. Un público muy joven se aglutinaba cerca del escenario en el que alrededor de las 00.10 horas salian a escena los madrileños Sic Transit Gloria. El trío ofrece una propuesta arriesgada en la que nombran como influencias a gente del estilo de Arcane Roots o Biffy Clyro que debe lidiar con la dificultad de no conectar con el receptor, algo que no pareció suceder el sábado ya que si recibieron respuesta de parte de los asistentes. Su concierto fue de menos a más intercalando partes más furiosas con otras más melódica. La banda acabó satisfecha y parte del público también que al final es lo que debe contar aunque otros no terminásemos de ser receptivos a su mensaje.
Llegaba la hora de que Whip Shock se subiese al escenario. Bajada de luces y el joven trío gaditano comienza como una locomotora. Han pasado casi cinco meses desde que les viese abriendo para 51 Grados y aunque siguen siendo un huracán en directo se les nota más centrados. Destaca que la guitarra adopta un tono rockero más clásico mientras vas sonando canciones de su primer disco y dejan escapar todo su entusiasmo para que se contagie a la gente. Lástima que el sonido no acompañase lo suficiente, desdibujando un poco la buena actuación de Whip Shock. Con un público entregado fueron sonando canciones cómo “Let ti out” y sus toneladas de distorsión, “What if” y su fantástico riff. Buena presencia sobre el escenario, saben alternar perfectamente el dominio de la técnica de sus instrumentos junto a la explosiva hiperactividad propia de su juventud. Diego Herrera muy bien tanto a la voz como a la guitarra junto a la labor del bajista Alejandro Alcázar que se convierte en parte fundamental del puzzle musical de la banda. Siguen sonando canciones como “Never listen” y ese riff propio de los Kinks mas anfetamínicos o la rítmica “No need more”. Incluso hubo tiempo para el lucimiento de Juan Carlos Linares que se metió entre el público para dejar destellos de su clase y técnica.
Whip Shock vinieron,vieron y vencieron. Les faltan detalles que pulir como la comunicación entre canción y canción que crea un espacio de vacío que tienen que aprender a llenar. A pesar de la euforia del momento deben ser capaces de saber gestionarlopata seguir creciendo. Una primera victoria en un campo propicio. Ahora les toca defender sus canciones fuera, donde quizás se puedan topar con un ambiente más hostil pero que seguro les curtirá más aún.
0 comentarios