Cuando alguien deja su alma, su esfuerzo y su corazón en algo, se ve. Es fácilmente perceptible pero difícil de explicar por escrito. Ello es una ventaja para los que acudimos ayer a la sala Joy Eslava de Madrid, que no fuimos pocos, porque nosotros sí lo vimos.
La noche comenzaba con Chuse Joven quien, presentando las canciones de su disco en solitario, se desvivió desde el primer minuto para que la audiencia bailase, cantase y saltase con cada estribillo. Un concierto que si bien ya empezó con fuerza, fue aumentando con cada corte hasta llegar al cénit cuando entró en el escenario Judith Mateo.
Entrando con una seguridad que la hacía dueña del escenario, Judith demostró cómo el violín es un instrumento que, aunque se asocie comúnmente con la música clásica, tiene mucho que decir en el rock. Y dio buena cuenta de ello mientras tocaba las canciones que componen Radiestesia, su último trabajo discográfico.
Antes he dicho que es difícil describir cuándo se nota que alguien vuelca todo su ser en lo que le apasiona. Pero se me ocurre que una buena forma de hacerlo es hablando de los invitados que acompañaron a Judith, Chuse y su banda durante el concierto. Jose Carlos Molina de Ñu, la soprano brasileña Angélica de la Riva, Fernando Ponce de León, y Juankar y Jano Vela de Boikot. Todos ellos más que conocidos y que disfrutaron tanto como los asistentes de compartir esta noche con Judith.
Pensaba poner punto y final a la crónica, pero no puedo hacerlo sin referirme a las capacidades de frontman de Judith, que se desenvolvía con una naturalidad increíble, participando con el público. Un público variado, compuesto por gente de todas las edades que se dedicaron a única cosa: disfrutar. También es de recibo hablar de la banda que llevaban Judith y Chuse, una banda más que sólida, con guitarristas virtuosos y un batería que llevaba todo el peso y el Groove a lo largo de un repertorio muy variado.
Ahora sí creo que debo ir finalizando. Y me gustaría hacerlo señalando una vez más la pasión que se sentía ayer en toda la sala. Pasión por compartir. Pasión por disfrutar y hacer disfrutar. En definitiva, pasión por la música.
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