Tras el intermedio generado con El niño de Elche en su proyecto conjunto Exquirla, el cuarteto madrileño Toundra nos vuelve a presentar un álbum totalmente instrumental de factura impecable. El nuevo disco, cuyo título dedican a la sala alemana Vortex Surfer Musiklub de la localidad de Siegen que les acogió por primera vez en 2012, salió a la venta hace unos meses, pero hemos querido degustarlo con calma y pausa para saborear todos los detalles.
Bajo el amparo del sello Inside Out y con una onírica portada de Fran Rodríguez de La Cabeza en las nubes, nos presentan 8 cortes, de los que el primero es una introducción, el 4º un interludio ensoñador con guitarras acústicas de apenas un par de minutos, y el 7º un tema dedicado al protagonista de “Encuentros en la 3ª fase”, Roy Neary, también de solo dos minutos, más ecléctica y futurista, quedando 5 cortes más propios de su estilo cercano a esa mezcla entre el post rock y el progresivo moderno.
Su ambientación es abrumadora, con un gran acierto en la combinación de los temas cortos mencionados y los más largos, de desarrollos casi extremos, llegando a los 11 minutos de “Mojave”. La combinación de Alberto y Álex en las bases rítmicas con las constantes decoraciones y cambios de ritmo dan un paso más allá a la propuesta que les ha llevado a ocupar el puesto privilegiado dentro de la escena nacional y europea, siendo un nombre indiscutible dentro del género que profesan.
Su nombre no ha parado de crecer, su éxito con “IV”, sus giras internacionales, sus más de 10 años de experiencia, todo ello se ve en la madurez con la que afrontan un álbum tan difícil como este. La variedad y cohesión de la progresión continua de la música sin contar con el apoyo de las voces te conquista por completo. La quimérica complejidad de las guitarras junto a la imaginativa diversidad de las bases en pro del objetivo común de la canción lleva a Toundra al siguiente nivel. Caso paragdimático es “Mojave” que, con sus 11 minutos, acoge todo lo que el desierto que la portada nos muestra es capaz de absorber.
La contundencia sonora se junta con los arreglos virtuosos y preciosistas, la dureza y la delicadeza se dan la mano, un álbum tan variado como compacto que deja claro que Toundra son una de las bandas de rock instrumental más importantes del viejo continente. Quizás una gira junto a Russian Circles, New Keepers of the Water Towers y Cult of Luna les haría justicia porque solo les falta encabezar una gira de este nivel para terminar de convencer a los más incrédulos.
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