Difícil y complicado resulta la manera de enfocar la crítica de Fénix, el bautismo de fuego de Daeria, aunque se me antoja que esta dificultad es un juego de niños si lo comparamos con el último año vivido por Victor Vázquez y el resto de los componentes que en un ya lejano 2011 nos presentaran a unos cuantos que decidimos acercarnos a la presentación de Despertar, el primer trabajo de un grupo que se presentaba bajo el nombre de Döria. Cuatro músicos liderados por una dupla formada por Martí y el mencionado Victor. Uno, el primero, autor de todas, excepto dos, las letras de los tres discos que vieron la la luz, mientras que el segundo tenía la autoría de toda la composición musical. Y como marcan los cánones en esto del rock, con el tiempo la mencionada dupla acabó volando por los aires y al final, una vez más una dupla acabó litigando, quedando de nuevo demostrado que en todos los ámbitos de la vida las cosas tienen que estar claro desde el principio y que no se pueden dejar cabos sueltos, y eso de que un grupo lleve el apellido de uno de los litigantes, y más si este es una de las partes fundamentales, tal como he comentado antes, a la hora de entender al grupo, si no lo hemos dejado bien atado a la hora de empezar a surcar los mares, sin duda es dejar una puerta abierta a posibles complicaciones.
Dicho esto, intentemos adentrarnos en este Fénix, primer trabajo de Daeria , grupo que resurge de las cenizas de Döria con dos de los componentes fundacionales del mismo, el mencionado Victor y Laura del Moral, la misma que en su momento y de manera difícil de entender, pero ya dando una muestra clara de que ahí dentro se estaba cociendo algo, fue apartada del grupo, aunque está vez su trabajo recaiga en el bajo y no como acompañante de Victor a la guitarra, aunque eso es de fácil entender una vez escuchado el disco y vistas claras cuales son las expectativas de estos Daeira, y es que en esta carta de presentación ya vemos claro que Eimel, Joel y Ángel no se han embarcado para dar continuidad a lo que hace años empezó a rodar. No, Ángel no es Martí, aunque tienen más puntos en común de lo que pueda parecer, pero su complicada misión de hacer olvidar la alargada sombra de un Martí que con su especial registro vocal y su manera de transmitir había creado un sello tan personal que a priori se presentaba como un reto de altos vuelos. Reto que de un plumazo se encarga de volatilizar, y si es así durante todo el disco es al final, cuando aborda «Por si sirve algo», uno de los dos bonus que acompañan el disco, el otro es «Pensavientos», pero hablemos de ese canto a la imbecilidad de la guerra, uno de los grandes temazos de Döria que aquí en formato acústico se nos desnuda y se nos aparece con una grandeza de magnitudes excelsas en los que Ángel Ortiz, no solo consigue hacernos olvidar a Martí, sino que se hace suyo el tema de tal manera que al final, tal como diría el gran maestro: «gallina de piel», sin olvidarnos de esa cadencia final con esas maravillosas notas de piano (otra de las grandes novedades del disco su presencia continuada) que van alejando el espíritu del guerrero abatido.
Pero antes de llegar a esta culminación de este Fénix, antes hemos tenido que pasar por diez temas originales de este nuevo grupo que se nos presenta en sociedad. Diez canciones en las que Ángel y Victor son los máximos responsables de vestirlas para mostrarnos en todo esplendor una nueva apuesta musical que aun bebiendo (cosa lógica) de viejos logros, no en vano en ciertos momentos, «Cosmos», «Reina de corazones«, el espíritu de Döria sobrevuela en todo su esplendor por ellos, consiguen, de la mano de un Eimel Trejo absolutamente espectacular su trabajo a la guitarra en todo el disco con un puñado de solos majestuosos, junto a un portentoso Joel Marco a la batería, formando con la mencionada Laura una espectacular base rítmica, dotar de una nueva sonoridad más dura, más potente, más complicada, mucho más trabaja y exigente, con algunos notables acercamientos al metal progresivo y un claro viraje al power que hacen que este bautismo de fuego tenga todos los mimbres necesarios para consolidarlos como uno de los grandes nombres del panorama musical patrio. Por su bien, esperemos que esta vez tengan todos los detalles bien controlados y no quede ningún cabo suelto.
Este Fénix es una magnifica carta de presentación de un grupo que lo tiene todo para consolidar su marca, aunque eso del Rock en España ya sabemos como se las gasta, pero, tal como pensé el primer día que vi a Victor y compañía, estos Daeria me han dado muy buenas sensaciones. Evidentemente desde aquí les seguiremos con atención.
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