Brian Ashley Jones es un enorme bluesman, uno de esos dotados con la magia de poder transmitir con su guitarra y transformar algo tan local como la unión de country y blues en algo universal, algo que emocione en cualquier lugar del orbe. Si a eso sumamos un concierto en un sitio tan bonito como el patio de la sala Milwaukee de El Puerto de Santa María, nos encontramos con la perfecta forma de finalizar un domingo, como éste del 2 de septiembre.
Llegaba en formato dúo, junto con un bajista y durante dos horas, con unos veinte minutos de descanso, nos presentó temas de su último CD, titulado «Out of the city», además de cortes de sus anteriores trabajos y mostrarse comunicativo y cordial, hablando con los presentes y explicándonos en un fluido español todas las composiciones, construidas a lo largo de una vida en las tres ciudades que le han marcado, el Carolina del Sur donde nació, el Atlanta en Georgia donde vivió y el Nashville en Tenessee donde reside.
Comenzó su directo con el tema «Take» pero el grueso de la actuación fue su reciente trabajo, donde interpretó el tema homónimo, «Meet me in the river», un homenaje a su tierra natal llamado «Carolina´s dream» y la canción que más nos llegó al alma y que lleva el meláncólico título de «Free to miss you», toda una declaración de intenciones y que enlaza con la versión del «Ain´t no sunshine» de Bill Withers con el que finalizó. Esa parte cantada al desamor fue la que más caló en un público entregado y donde, por desgracia, faltaba gente joven. Tal vez el country y el blues sea música más madura a la que, como el jazz, se llega con los años. Hay que tener el paladar preparado como sucede con el dulce en la infancia que con los inviernos se descubren otros sabores como el ácido, el amargo o el picante que lo complementen.
Una velada maravillosa la que nos hizo pasar Brian Ashley Jones y su bajista, el cual no recuerdo el nombre, pero que tocaba de una forma más similar al jazz que al blues. No se nos entienda mal, su interpretación era buena pero ese contraste era curioso y peculiar por lo que incluso mejoraba a un Jones, genial como guitarrista y con un timbre de voz más que adecuado. El perfecto para el grato espectáculo que ofrece.
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