Uno de los sueños más bonitos del hombre libre, es montar en una Harley con su chica detrás abrazada a la cintura con la seguridad de que no se soltará jamás. Sentir el viento en la cara y la fuerza de la experiencia con el paso de los años. Ha sido duro, pero aquí estáis. Con una buena paga extra en la tarjeta de crédito y un montón de kilómetros por delante. Un viaje tranquilo, pero con la seguridad de que tenéis toda la potencia en un cuarto de vuelta para dejar este puto mundo atrás en tres segundos.
De repente veis unas luces de neón. Es un bar de carretera que os incita a entrar. El calor aprieta. Apoyas tus camperas con firmeza en el suelo. Abres con el tacón la pata de cabra e inclinas la moto para que baje primero ella, que se adelanta entrando en el garito.
Dos segundos después entras tú. El tiempo justo que dura la alegría de algún iluso apoyado en la barra. Os miráis de reojo sonriendo y os acercáis a la máquina de discos. Concretamente ella ve el 1544 de los Kingsborough. Una banda de Santa Rosa CA que suena de puta madre.
Comienza el disco con Percy, en la que ya se ve enseguida de qué va esto. Kilómetros y kilómetros de carretera recta y al final, el arco iris. Una canción pegadiza con unas guitarras que se mastican para abrir boca. El camarero os ha puesto dos jarras frías y la aguja ya se ha posado en Low Down. Ella te dice que suena a ZZTop, concretamente al disco Tres Hombres. Y tú asientes con el pulgar en el aire.
Ella se levanta para bailar un poco, mientras tú la miras con orgullo. Ha empezado ya Subtle Lies, con esas gruesas guitarras. Una canción más lenta que hace que te levantes y te acerques a ella para acompañar su bamboleo.
Llega Right On Time, otro medio tiempo rock’n’bluesero que os avisa de que el camarero os ha puesto una segunda ronda sin haberla pedido. Os sentáis agradecidos para saciar la sed, y seguís hablando del disco que está sonando. Wild Ones comienza y todo el mundo está a lo suyo; absorto en sus pensamientos mientras esa clara y genuina voz americana rompe el pequeño silencio que se ha hecho en el bar.
Pedís algo de picar, mientras habláis sin parar. La música tampoco lo hace y Something Strange se encarga de poner la banda sonora a otro momento vuestro. Esta vez el ritmo se acelera un poco. Unos acordes sencillos pero amenos y pegadizos hacen que la gente salga a bailar despreocupada del mundo por unos momentos, hasta que las guitarras se estiran en sus notas más altas para dar comienzo al siguiente corte, Where I Belong, que empieza con unos bonitos coros que dan paso a unas alegres guitarras.
Lo que hace que a ti te empiece a hervir un poco la sangre. Necesitas otra dosis de viento, de potencia, del calor de tu compañera. Mientras os ponéis los pañuelos en el cuello ha empezado la canción más alternativa del disco. Esta vez los de Santa Rosa se salen de la carretera para sorprender con una melodía diferente. Porque este disco busca sobretodo sorprender. No es apto para acomodaticios.
Pagáis la cuenta y salís del bar de la mano con Hard On The Heart de fondo. Al momento giras la llave y aprietas el start. El motor ruge en la tarde ansioso por comerse la carretera de nuevo. Suena No More y notas su cálido abrazo rodeándote la cintura. Es el momento de soltar gas. El estruendo de la Harley hace que algunas cabezas se giren en vuestra dirección, mientras la máquina de discos anuncia la última canción. Before Long. Así, a buen ritmo y acelerando termina el disco que por cierto habéis comprado en una aplicación móvil para que os llegue a casa y recordar así un día entero de rock con sabor a la vieja escuela. El norte de California es vuestro.
Pero esto es un sueño. ¿A qué estáis esperando? Poned 1544, coged la moto y hacedlo realidad.
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