Voy a hacer una de esas cosas que se me dan de fábula: parlar sin saber. Así a vuelapluma, sin haber escuchado una nota, me parece un proyecto valiente. Una vez tienes cierta notoriedad / fama / respeto dentro del mundillo, no es precisamente el camino fácil hacer un proyecto paralelo y ponerlo todo en juego. Por otro lado, aún me acuerdo de una entrevista a Dave Draiman presentando su disco en solitario cuando a un periodista se le ocurre decirle que sonaba a Disturbed. Por un momento parecía que iba a apagarse la luz y cuando se volviera a encender sólo habría un manchurrón en la silla del entrevistador. Visto lo visto, renuncio a cualquier parecido a Zenobia. ¡Claro que se parece, tiene la misma voz! Aunque el disco fuese Jorge leyendo el cuento de los tres cerditos, se parecería. Venga, al turrón, que me disperso. Un, dos, tres… ¡caña!

Intro. Veinte segunditos de instrumental, entre el epic metal y El señor de los anillos. Cumple su función, que es intrigar a ver qué nos encontramos.

Mírame. Cómo me recuerda a Red Wine. Guitarras cañeras y los teclados flotando por encima. Marcelo a las baquetas es una garantía. Lo bauticé como el Ron Harper del Rock&roll pero es mucho más. Lo he oído hacer rock al uso, una especie de rock casi electrónico y ahora heavy metal, y el tipo sigue siendo una apisonadora. Aunque el peso melódico de la canción lo llevan la guitarra rítmica y el bajo, este hombre es el motor.

 

 

Por volver. Las guitarras me han traído a la mente a los U2 en I Will follow, con un Bono que aún tenía espinillas y un Edge que aún no le había dado por los gorros y sombreros con los que se pasea ahora. Empieza a revelarse un ingrediente fundamental de este disco: la adrenalina. Las guitarras van al galope, secundadas por un bajo poderoso y una batería… bueno, ya se ve lo que pienso de Marcelo. Los teclados dignos herederos de los Van Halen en Jump, cabalgan junto a la voz, que no escatima ni un ápice de esfuerzo.

Eres tú. La baladita (o una de ellas) del disco. Muy del estilo a Wake me up when september ends de los Green day, guitarras distorsionadas pero en un segundo plano. Las estrofas prácticamente con batería y voz, los estribillos con más bajo que distorsión guitarrera y, como marca de la casa, los teclados que parecen fundirse con la voz.

Cenicienta. En los primeros quince segundos parece que vas a oír a Marilyn Manson berrear The beautiful people, pero en cuanto entran las voces te ves con el Livin’ on a prayer de Bon Jovi. Es el tema más ecléctico del disco. Tenemos guitarras pesadas, teclados que se sumergen en el tecno, voz de heavy metal y baterias de metal industrial, muy Nine Inch Nails.

Mi otra mitad. Estoy pensando en Desde mi cielo, de los Mago de Oz en tiempos de José Andrea. La letra, pues en la línea del disco, romántica. Siempre he sido de reírme de las letras bonitas porque eso de expresar sentimientos no es lo mío, pero hay que reconocer que es bonita.

Magia. Por fin le han dado al bajo el espacio que merece. El problema de los grupos cañeros es que si le metes mucha distorsión, en plan todo el mundo con los amplis a tope, el bajo se sumerge entre las guitarras para nunca más emerger (Jason Newsted sonó 6 minutos en 14 años en MetallicA). Aquí luce fantástico. Batería y bajo mano a mano, llevando la batuta del tema. En los estribillos entran todos, con esos teclados a lo Van Halen. El punteo, ya que le he hecho un guiño a MetallicA, muy a lo Kirk Hammett.

Si tú no estás. Por un momento me ha parecido oír los primeros compases del we are the champions. La voz, un poco de acústica, el bajo… van poco a poco ganando fuerza hasta estallar en un esctribillo que me ha recordado a un tramo de where the streets have no name de U2. No se puede decir que es una balada, pero tampoco es destroyer metal… digamos que es una canción a medio tempo (y si no existe el término, lo acuño).

Aquel Peter Pan. Marcelo me puso en la encrucijada, teniendo que calificarla sin prepararme y le dije: “pues así de escuchada rápida diría que tiene un rollo Nine Inch Nails en la batería, pero con los teclados y con guitarras pesadas a lo melodic metal… me estaba acordando de Red Wine. Una mezcla muy molona”. Ahora, con el disco un poquito más reposado, lo mantengo. Diría que es la más comercial del disco. Si tuviera que elegir un single, sería ésta. Tenemos una batería jugando entre el charles y la caja como un caballo de carreras, teclados poderosos, un bajo como una ametralladora y punteos desgarradores. ¿Qué más hace falta?

Grande. Una guitarra acústica y la voz. Si fuese un concierto, recordaría al Unplugged de Nirvana, con el escenario a media luz. Pero es un espejismo, no tardan en entrar los punteos de guitarra, un bajo que arropa los acordes… y un solo de batería que podría estar hecho con un slide. Podría estar en un disco de JD McPherson.

Mil y una estrellas. Muy de rock y metal (en algunos terrenos muy difícil de delimitar) setentero-ochentero. No sé si son los teclados, el ritmo de la batería o las guitarras, pero es uan versión power metal romántico del Let there be rock, eso sí, sin los cabezazos de Angus Young. Creo en la magia/que el destino nos unio/tu alma y la mía/corazón con corazón. Si llega a añadir bailar pegados es bailar apago el disco pero ha librado. ¿He dicho ya que expresar sentimientos no es lo mío? Que no, bromas aparte, buena canción. Tiene el mismo ritmo que Aquel Peter Pan, esa adrenalina de la  que hablaba al principio, que parece que la banda llevan el acelerador a fondo desde el primer estribillo.

 

 

Mi otra mitad. Como bonus track, tenemos la versión en piano y voz. Estaba pensando en Mein Hertz brennt, de Rammstein. Mutter es un disco tan, pero tan bueno, tiene canciones tan importantes que Mein Hertz brennt a mis ojos había quedado en un segundo plano, pero oír la voz de Lindemann con sólo un piano acompañándolo me hizo redescubrirla y ahora es de mis favoritas. Es una apuesta muy arriesgada por parte de Jorge, sobre todo si tiene que revalidarla en directo, pero el resultado en estudio es incontestable.

En resumen, un proyecto paralelo, una súper banda formada con gente muy contrastada en las tablas que nos dan lo que prometen. Cuando hablaba del nuevo alojamiento de mis reseñas decía que sin el aliento de los músicos esto hubiera sido un proyecto de un par de discos, y desde luego que Marcelo está en ese grupo. Muchas gracias por confiarme vuestro trabajo y permitirme incluso ponerme bromista. Estaremos expectantes a las novedades.

Última parada, los enlaces de la banda:

 

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Web http://jorgeberceo.com/

 

 

JORGE BERCEO – PRIMER ASALTO

by: Teodoro Balmaseda

by: Teodoro Balmaseda

Escritor de ficción y crítico desde la admiración. Si te gustan mis reseñas, prueba 'Buscando oro' en tu librería o ebook.

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