Los «Vengadores: Infinity War» llega con la ambición de convertirse en la película definitiva de la factoría Marvel. Un largometraje de unas cinco horas, dividido en dos partes de la cual nos llega esta primera parte. Todo un compendio de acción «a raudales» que, imagino, contentará a todos los seguidores de los cómic, pero que el bonito envoltorio no deje que no veámos los defectos de este Infinity War. El primero, y más evidente, es su guion, pues a pesar de estar bien desarrollado y no aburrir en las dos horas y media de metraje, la historia no se puede sostener mínimamente para tan larga duración y así se transita entre mundos para que el villano Thanos pueda conseguir unas gemas que le permitan dominar el mundo. Lo curioso es que este malvado tiene una idea que he escuchado a ciertos grupos, sobre todo ecologistas, donde al no poder tener recursos suficientes en los diferentes planetas, él opina que la forma más sostenible es eliminando población para que los supervivientes puedan disfrutar de una vida más feliz. De hecho todo va orientado hacia esa idea, un iluminado que no extermina por placer sino por una idea mesiánica, como se puede contemplar en la última secuencia donde tras su brillante masacre aparece relajado y tranquilo, con la confianza del trabajo bien hecho. Para ello sigue la máxima de Maquiavelo de «el fin justifica los medios», sacrificando lo que más ama, con algunas dosis de marxismo donde la idea y el colectivo prima sobre el individuo, con la excepción de él mismo, César visionario y caudillo que solo busca el bien común, aunque sus peligrosas teorías forjen matanzas y muertes a voluntad del redentor. Hay que reconocer que Thanos es un brillante «malo», pues está bien definido y su ambigüedad moral resulta atractiva.

Del resto, cabe destacar la colección insuperable de superhéroes marvelianos, donde aparecen casi todos, con mayor o menor relevancia, donde Iron Man y Thor sirven de nudo, uno en la tierra y el otro en el espacio, junto con los Guardianes de la Galaxia, en un montaje paralelo que a pesar de su buen ritmo resulta irregular, pareciendo en algunos momentos un episodio más de los Starlord, Drax, Gamora, Rocket y Baby Grot, mientras Iron Man recorre las calles con el Doctor Strange, lo más interesante en puesta en escena, para con ayuda de Spider Man llegar a Wakanda a la batalla final donde en tierra de Pantera Negra, unido a todos los Vengadores luchar contra las tropas del mal.

Y hay que reconocer que los Hermanos Russo están mejorando como directores y las peleas van durando un poco más que en «El soldado de invierno», pudiendo diferenciar quien combate contra quien, pero al aficionado al cine clásico, con planos y secuencias más largas, con más reposo y donde el espectador medite lo que está viendo en pantalla, cuesta horrores no perderse entre el marasmo de frases humorísticas y ese montaje acelerado donde lo único que prima es mantenernos entretenidos «a toda costa», con unos efectos especiales apabullantes y una acción desenfrenada que no da tregua, apoyada en unos diálogos con demasiados chistes, unos actores irreprochables y una banda sonora de Alan Silvestri perfecta para construir la epopeya. Prefiero a Joss Whedon como realizador pero ya se sabe los derroteros del cine actual. Nadie puede poner un pero técnico, la cinta es divertida y con el final estamos deseando ver la segunda parte pero que nadie espere que podamos pensar un mínimo lo que nos ofrecen, conviertiéndonos en «voyeurs», simples reclamos de un producto fácil de ver y sin exigencias intelectuales, salvo el enorme Thanos, ese ser que guía a todos en su «Arcadia feliz». ¿Cuántos Thanos existen en el orbe? Algunos, incluso, gobernando.

 

 

Vengadores: Infinity War – Anthony Russo, Joe Russo

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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