Viendo este callejón sin plumas que es como un larguísimo vagón de ferrocarril pero sin
vagón ni ferrocarril, tenemos que admitir que cada uno vive en el universo que es capaz de
imaginar y que, más o menos, comprendemos la nada de todas las cosas.

Por lo demás, se trata de una parcela barata del cosmos: aunque esté asegurada la lluvia ácida
y, al anochecer, corran los vientos siderales, no parece un terreno apto para sembrar cereales
ni hortalizas pero, ¿quién no apostaría por el sabor de su propia carne?

Este callejón feo viene desde fuera del alma, desde fuera del reloj, y habla solo, como un
condenado a muerte. Sin huesos, sin sonidos generales, es un asunto largo que se ha desprendido
del ocaso, mecánico y anónimo.

No tiene caballos y no alcanza el horizonte: está en el revés del universo, allí donde la gravedad
se invierte y las piedras caen hacia el cielo, muy estorbadas. En suma: este callejón sin salida es un
desastre, un contradiós, lleno de aristas y rincones y baúles cerrados.

Para hacerle más publicidad negativa, podemos decir que está en la sombra, pero no en la sombra
del sol, sino en cualquier otra; sin colores, siempre secándose despacio como un charco al viento, a la
intemperie, sin salmones. Callado por dentro, como sordo o arrodillado o perdiendo algo, con las
puertas cerradas, sin calefacción ni colchones.

En pocas palabras: como si le hubiéramos lavado la cabeza a un burro.

 

 

Por Narciso de Alfonso

 

 

by:

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

Homenaje a Rob Reiner

Homenaje a Rob Reiner

A la edad de setenta y ocho años fallecía de forma violenta, junto a su actual esposa, el director Rob Reiner en su casa de Los Ángeles. Autor versátil que en su filmografía realizó diferentes géneros. Estuvo anteriormente casado con la también cineasta Penny Marshall...

aquí

aquí

Hace muchos años que no corro hacia ninguna parte. A los veintipocos, caminando entristecido por un parque, tropecé con dos jubilados. No recuerdo qué me preguntó uno de ellos; contesté con tal sinceridad que al darse cuenta de que me tenía presente dijo: “¿pero tú...

interiorismo

interiorismo

Mucha gente no procesa por sí misma la realidad, bien porque asumen sin cuestionar, o les es más cómodo que alguien con la engañosa labor de cuidador social, la procese para ellos. Los ojos de la mirada interna son de uno mismo. Y es nuestra voz la que debería nombrar...

…la vereda de la puerta de atrás

…la vereda de la puerta de atrás

Como cualquier otro día, el despertador truena a las cinco de la mañana aunque ya llevo un rato dando vueltas inquieto sobre el colchón. Oigo llover a través de las persianas cerradas a la vez que tiento el suelo con los pies…-me levanto de la cama, me he levantado...