Fijaos como son las cosas, y eso que no creo demasiado en el destino, que la noche del pasado sábado 20 de enero iba a ser algo especial, parecía saberlo hasta la meteorología. Un coche, unos amigos, buena música y cien kilómetros por delante por una autopista muy transitada, pero en la que esa tarde parecíamos un buque perdido en la inmensa niebla que nos rodeaba y nos acompañaba durante todo el trayecto a Sevilla. Una vez allí, y tras refrescar el gaznate antes de entrar en la Sala X, donde los sevillanos Hard Days eran los encargados de abrir la noche, presentando su disco debut, que tan buenas sensaciones ha dejado en todo el mundo. La curiosidad de saber si eran capaces de plasmar en directo todo lo bueno que su disco contiene me hizo estar allí justo en el momento que abrían fuego.
En ese momento poco público nos dábamos cita en la sala, pero afortunadamente, poco a poco, fue presentando una mejor entrada para ver el grandísmo trabajo de Hard Days, que fueron de menos a más, consiguiendo meterse a la gente en el bolsillo, y es que todos los comentarios alrededor eran de aprobación. Su sonido de marcada influencia del mejor hard rock de los 70, con Deep Purple y Uriah Heep como maestros de ceremonia, rápidamente caló entre el público, y aunque es complicado destacar alguno de sus miembros por encima del resto, la verdad es que todo el mundo comentaba la potencia de su vocalista. Sonaron canciones como «Maybeline» o «Hot Wheels» y la falta de tiempo les dejó con un par de canciones sin poder tocar, pero satisfechos, al igual que todos los que nos dimos cita allí. Por cierto, tras el concierto pude hablar un rato con su bajista, Carlos, gran músico y gran tipo.
Con la sala presentando ya una muy buena entrada, los suecos Hellsingland Underground se subían al escenario. La crónica del concierto en Valencia, realizada por Eduardo Garrido para la revista, ya auguraba muy buenas sensaciones, algo que teníamos ganas de sentir en primera persona, y tengo que reconocer, que a pesar de que el sonido de la sala no fue todo lo bueno que debería, aquello se convirtió desde el primer momento en una fiesta alentada desde el escenario por Hellsingland Underground y secundada por el público, con unas primeras filas que no dejaron de bailar ni un solo segundo. Charlie su vocalista, en todo momento muy compenetrado con el público, incluso con su movil no solo grabó a la gente, también a la propia banda tocando en más de una ocasión, demostró que su timbre vocal y su capacidad para los registros es parte fundamental del sonido de la banda, junto a esos dos guitarristas, capaces de lenvantar al más pintado cuando hacen sonar ese dueto al más puro estilo Thin Lizzy.
Fueron sonando entre otros «Evil will prevail», «Stickin with you», «They all grew old while I grew young», «Dizzy Johnson & The Rovers», «No regrets», «Golden haze» o una esperada «Northern country boy» entre otras que la gente cantaba y botaba con ellos. Hubo tiempo para que Mats y Peter se luciesen con sus guitarras, se gustasen a si mismos y nos dejasen alucinando al resto. Final con la coreada «The lost river band», apoteosis final y cara de satisfacción en la gente y de los deberes bien hechos en la banda. Los suecos vinieron, vieron y convencieron, y eso amigos, es algo que tan solo las grandes bandas son capaces de conseguir. Ah, por cierto, buena idea de poner precios asequibles en el mechandising, 10 euros los cds, con lo que el flujo de gente hacia el tenderete que montaron fue constante. Gran noche, ahora solo quedaba volver a montarse en el coche, seguir escuchando música y recorrer otros cien kilómetros de vuelta envueltos en niebla.
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