Durante unas vacaciones en Austin, Texas, Patrick Mathéel jefe de la discográfica francesa New Rose se adentró en un bar de mala muerte donde tocaba un tipo de más de cuarenta años: su nombre, Calvin Russell.
Sexto hijo de una familia de nueve hijos, su infancia la pasa prácticamente en el Sho Nuff Café donde su padre se ocupaba de la cocina y la madre servia las mesas, con quince años se fuga a San francisco y empieza a frecuentar la cárcel por pequeños delitos de hurto, hasta que le encarcelan diez años por vender marihuana.
A la salida de prisión empieza a cantar de pueblo en pueblo, viviendo en la calle como un perfecto vagabundo. Vuelve a visitar las frías celdas, esta vez residirá un año y medio entre barrotes. Cumplida su condena es frecuente verle con Townes Van Zandt, Willie Nelson Y Leon Russell, casi siempre envueltos en una nube de alcohol y drogas, entonces es cuando su vida se cruza con el sello New Rose que publicará su primer disco “A Crack In Time”.
Con un estilo que bebe en la tradición del rock sudista, mezcla del blues y de country con una voz áspera y gutural, donde sobresalen su temas lentos que huelen a polvo, su segundo disco “Sounds From The Fourth World”, lo consagra en Francia, país que lo acoge al igual que hizo con Elliot Murphy, como un hijo predilecto en 1989.
Allí atesta las salas, gira a lo largo y a ancho de su país de acogida, mientras en Texas sigue siendo un completo desconocido. Con el tercer disco llega su obra maestra, un clásico en toda regla, “Soldier”. Un disco tácito, simple y por ello bello, con un tema que destaca “Crossroads”, producido por Jim Dickinson genio del Memphis Sound. Le siguen un emotivo directo en Paris,”Le Voyageur” y diferentes obras siempre con gran calidad y honestidad.
crossroads
I’m standing at the crossroads There are many roads to take But I stand here so silently For fear of a mistake One path leads to paradise One path leads to pain One path leads to freedom But they all look the same I’ve traveled many roads And not all of them where good The foolish ones taught more to me Than the wise ones ever could One path leads to sacrifice One path leads to shame One path leads to freedom But they all look the same
Estoy de pie en el cruce de caminos
hay muchos que tomar
pero me encuentro aquí tan silencioso
por miedo a equivocarme
Uno de los caminos lleva al paraíso
Uno lleva al dolor
Otro a la libertad
Aunque todos parecen iguales
He recorrido muchas carreteras
y no todas, donde, bueno
los insensatos me enseñaron más
de lo que los sabios jamás podrán
Uno de los caminos lleva al sacrificio
Uno lleva a la vergüenza
Otro a la libertad
pero todos parecen iguales.
Cuando sale su disco “This is My Life” mientras pasa una temporada en Texas, su pasado resurge con violencia. Un policía le para en una gasolinera por llevar los cristales de su furgoneta demasiado sucios, y cuando descubren que es un antiguo preso, registran la furgoneta encontrando hierba. Le confiscan su pasaporte y le cae una condena de diez años, aunque parte de su condena la pasa bajo el régimen de libertad vigilada.
Calvin Russell es un tipo real como la vida misma, una vida dura en la que ha tenido que forjarse un nombre a base de currarselo, un auténtico cowboy que en rostro se lee como en un libro abierto, donde las huellas de una vida dificil surcan su cara. Desde su nacimiento en 1948 en Austin, su vida y desventuras podrían servir para cualquier buen guion de cine. Su música es la de un hombre que ha tocado en las calles y ha dormido entre rejas. Mas de 15 discos a sus espaldas , salvajes, rasposos y fronterizos como pocos. La vida pareció sonreirle durante unos años haberle sonreído durante unos años cuando, se casó con una suiza y tuvo un un bar donde cada noche uno se podía topar con Calvin interpretando su música.
Lamentablemente un 3 abril de 2011 con 62 años un cáncer de hígado se lo llevo de la faz de la tierra.
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