Desde el pasado uno de diciembre y hasta el diecisiete de junio de 2018 se exhibe en el Centro Arte Canal Madrid la exposición «Auschwitz: No hace mucho. No muy lejos.», primera itinerante coproducida por Musealia y el Museo Estatal Auschwitz- Birkenau, un perfecto recorrido que nos hace reflexionar sobre uno de los más oscuros capítulos de la historia de la humanidad con más de seiscientos objetos originales.
Un recorrido dividido en veintidós secciones que explicando el antes y el después del campo, vemos como los ideólogos nazis fueron pensando abordar «la cuestión judía», basándose en su anterior operación «Aktion T4», un programa de eutanasia involuntaria que desembocó en la letal Conferencia de Wansee y «La Solución Final». Resulta aterrador comprobar como se burocratiza el genocidio, como se elimina la humanidad a un grupo de personas para convertirlos en un cáncer; algo que extirpar. De hecho entre los objetos de la muestra asistimos con estupefacción a unas caricaturas a los judíos con ese fin, aunque los más destacados sean el vagón de tren de ganado en el exterior, un pedazo de alambrada electrificada, un poste de luz o uno de los barracones donde eran hacinados en literas de tres pisos. No son los únicos interesantes, pues se pueden encontrar todo tipo de valores personales robados a los judíos que en el colmo de la maldad debían servir para costear los gastos de su viaje a la muerte, donde emergen siniestras figuras como el Comandante Rudolf Höss o el Dr. Mengele. Todo enfocado a la reflexión, tratado con la máxima objetividad posible y que resume a la perfección la frase de Adorno casi en la salida: «Todo debate acerca de los ideales de la educación resulta trivial e intrascendente comparado con un ideal tan sencillo como este: que no haya nunca más un Auschwitz».
Y eso que Auschwitz fue el campo de concentración y exterminio más letal con más de un millón de asesinados pero es donde mayor testimonios de supervivientes han existido, pues a pesar de la destrucción de los crematorios y cámaras de gas quedó buena parte de los barracones y fábricas, donde destacaba la IG Farben. Frases extraidas de los libros de Primo Levi (imprescindible su «Trilogía de Auschwitz»), la autobiografía del Kommandant Rudolf Höss o Raoul Hillberg mezclados con imágenes de los mejores documentales sobre el tema como las nueve partes de «Shoah» de Claude Lanzmann y la miniserie de seis capítulos de la BBC «Auschwitz: los nazis y La Solución Final» de Laurence Rees. Todo allí estaba pensado para optimizar el trabajo como esclavos y la muerte. Rápida y eficaz, con sus jerarquías entre presos, con los «Kapo» dominando al resto o los «Sonderkommando» eliminando los cadáveres. Una atrocidad solo superada con los campos de exterminio, ya que en Auschwitz existía su zona de trabajo. Estos se encuentran todos en Polonia, recomendamos la lectura del especial de Fernando Palmero y José Sánchez Tortosa para el periódico El Mundo titulado «Viaje al holocausto» donde apenas queda un memorial en recuerdo a la abyección de estas fábricas de muerte como Treblinka, Belzec, Chelmno o Sobibor. Un horror que no debe repetirse y una advertencia de los peligros del odio, la intolerancia y el antisemitismo que, por desgracia, seguimos viendo en la actualidad, incluso camuflado como progresía y que «Auschwitz: No hace mucho. No muy lejos» convierte en la exposición del año.
Auschwitz: No hace mucho. No muy lejos
Centro de Exposiciones Arte Canal (Paseo de la Castellana, 214, Madrid)
De lunes a domingo de 10:00 a 20:00 horas, 24 y 31 de diciembre de 10:00 a 15:00. 25 de diciembre y 1 de enero cerrado. Hasta el 17 de junio de 2018
Tarifa general de acceso entre 7 (lunes) y 12.50 (sábado, domingos y festivos) euros. El recorrido recomendado oscila entre dos y tres horas.
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