Sé que el nuevo disco de los Queens Of The Stone Age ya ha sido desmenuzado y analizado en multitud de webs, blogs y redes sociales, es un hecho que cada movimiento de Josh Homme es estudiado casi con lupa y razones siempre hay para ello pues estamos ante uno de los compositores más interesantes de los últimos treinta años, pero yo no ‘analizaré’ el disco, creo que quiero (deseo) pasar por la superficie para no caer demasiado en comentarios analíticos que todo el mundo controla ya.
Hace unos años mi relación con Homme era de amor/odio, entiendo que un tipo al que siempre le gustó evolucionar no quisiese saber nada de Kyuss pero no le perdoné su cruzada (y la de Scott Reeder) contra John Garcia y Brant Bjork por culpa de su lícito deseo de poner de nuevo a Kyuss (versión Kyuss Lives!) en el mapa de nuevo. Esto pasó, Era Vulgaris (2007) ya me gustaba (a escondidas) y, aunque con ciertos prejuicios iniciales, …Like Clockwork (2013) acabó convenciéndome con ese dramatismo demoníaco y medios tiempos homenajeando al Duque Blanco…
Ojito que ‘El Diablo acaba de aterrizar’ posándose muy cerquita de las ‘Reinas de la Edad de Piedra’…
Como ya he dicho antes del salto, no es mi intención mostrarme analítico, más bien me voy a dejar llevar por la actitud inmediata y el concepto ‘más ligero’ de un disco como Villains (2017). Para empezar, creo que podría definir (muy a la ligera y salvando las distancias estilísticas) como el disco Funky de QOTSA. Que nadie me entienda mal, funky en el sentido divertido y bailongo, con unos riffs muy ‘catchies’ y unos arreglos y producción por parte de Mark Ronson que le van como anillo al dedo. Las diez canciones se me pasan como un suspiro (si bien «Fortress» y «Villains Of Circumstances» no tanto), me mola esa actitud chulesca y vacilona que le quiere imponer Josh, de hecho es que en muchos momentos parece que estamos delante de un disco de los Eagles Of Death Metal como en el desfasado «Head Like A Haunted House» o «The Way I Used To Do» con esas palmas ayudando a mover cachete compitiendo con el pegadizo riff. La estética, lírica y arreglos demoníacos funcionan como un guante en este album y ese travieso diablo de la portada es la perfecta descripción de lo que os estoy contando, se puede intuir y oler perfectamente en las texturas de «Domesticated Animals» o en el collage de ritmos y ambientes de «The Evil Has Landed» con un riff machacón y ultra-catchy, estribillos infalibles, su parte épica, sus momentos ‘bowianos’, el dramatismo pero también el vacile rítmico, en definitiva, se nota que es mi track favorito de un álbum directo y al grano, fresco y ligero, sin pretensiones nada serias (o eso creo) más allá que las de divertirse jugueteando con la guitarra y con el mismísimo Belcebú. Cada vez me mola más el Homme rockero y desenfadado, el que se ríe de sí mismo y se divierte…
En el ‘Behind The Scenes’ del tema «The Way I Used To Do» lo podréis comprobar con vuestros propios ojos. Fun, fun, fun,….Evil, Evil, Evil…
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